Aviones israelíes lanzaron bombas este sábado contra un edificio en Gaza matando 36 civiles, la mayoría niños y dos mujeres embarazadas
Una delegación israelí se encuentra en Doha, la capital de Catar, donde llegó este domingo para retomar las negociaciones indirectas con el grupo palestino Hamás para una posible tregua en Gaza, después de que la milicia palestina anunció una contraoferta el viernes rechazado casi al instante por el régimen de Benjamín Netanyahu, informó la agencia EFE.
Una vez en Doha, la delegación israelí, encabezada como otras veces por el jefe de la Mosad, David Barnea, se encontrará con autoridades egipcias y qataríes, informaron hoy a EFE fuentes de Inteligencia egipcias. Los representantes de Israel y Hamás, no están en la misma mesa.
Las discusiones abordarán los principales escollos entre Israel y Hamás, incluido el número de prisioneros palestinos a ser liberados a cambio de los rehenes, así como la entrada de ayuda humanitaria a Gaza.
La propuesta de Hamás, tras más de un mes de negociaciones infructuosas en El Cairo y en París que no lograron establecer una tregua a principios de marzo como se esperaba- mantiene el fin permanente de la guerra en Gaza como objetivo prioritario, pero es más flexible en el número total de presos a ser liberados.
Para un primer alto el fuego temporal de seis semanas, Hamás propone el canje de unos 35 rehenes israelíes, principalmente mujeres, enfermos y ancianos, por 350 presos palestinos.
Además, propone el intercambio de cinco mujeres soldado israelíes cautivas a cambio de 250 presos palestinos, entre ellos algunos condenados a cadena perpetua
Asimismo, Hamás pide que las fuerzas israelíes abandonen dos carreteras principales de Gaza y permitan el regreso de desplazados al norte, así como la distribución de ayuda humanitaria.
La segunda fase establecida por Hamás contempla la declaración bilateral de un alto el fuego permanente y la liberación, por parte de Hamás, del resto de rehenes vivos, entre ellos soldados israelíes.
La tercera fase contempla la entrega, por parte de Hamás, de los cuerpos sin vida del resto de cautivos, a condición del fin del “asedio” y del inicio de la reconstrucción de Gaza.
“Las demandas de Hamás son aún poco realistas”, anunció el viernes Netanyahu en un conciso comunicado.
En Gaza, ante la falta de una tregua y tras más de cinco meses de guerra, se superaron este sábado los 31.500 muertos registrados, más 8,000 cuerpos bajos los escombros y 74.500 heridos, la mayoría mujeres y niños, para un total de 114,000 víctimas fatales. Actualmente 2.2 millones de palestinos sufren el asedio, las bombas y el hambre, cercados por el ejército agresor israelí. Uno de cada tres niños menores de dos años en el norte sufre desnutrición, según UNICEF.
En la madrugada del sábado, otros 36 civiles, la mayoría niños y dos mujeres embarazadas -todos miembros de la familia Tabatibi y algunos desplazados del norte-, murieron en el bombardeo israelí de un edificio de cuatro plantas en el campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja.
El ataque aéreo se produjo a la hora del suhur, cuando los musulmanes rompen el ayuno justo antes del amanecer.
Fuera de Gaza, cientos de israelíes se manifestaron la noche del sábado en las principales urbes de Tel Aviv, Jerusalén, Cesarea o Ber Sheeva, exigiendo elecciones anticipadas y el fin del régimen de Netanyahu.
También en Tel Aviv, en la ya conocida como Plaza de los Rehenes, algunos de los familiares de los 134 cautivos por Hamás, de los que se cree que más de una treintena ya estarían muertos, demandaron que esta vez se llegue a una tregua para salvar la vida de los suyos.