La clave para comprender la trayectoria del clima oceánico es identificar cómo responde el clima del Atlántico Norte al calentamiento continuo de su superficie
Un nuevo estudio ha documentado por primera vez una desaceleración significativa de un sistema crucial de corrientes oceánicas que desempeña un papel en la regulación de la Tierra, informó la agencia Europa Press.
Publicado en Frontiers in Marine Science, el artículo dirigido por el científico del Centro Interdisciplinario de Ciencias del Sistema Terrestre (ESSIC), Alexey Mishonov, examinó décadas de datos sobre la Circulación de vuelco meridional del Atlántico(AMOC) que se encuentran en el Atlas Oceánico Mundial de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
Mishonov, de la Universidad de Maryland, y los coautores Dan Seidov y James Reagan de NOAA descubrieron que el flujo del sistema actual se mantuvo estable y consistente desde 1955 hasta 1994. Sin embargo, a mediados de la década de 1990, la fuerza del AMOC comenzó a disminuir y la corriente comenzó a moverse más lentamente, lo que los científicos atribuyen al continuo calentamiento de la superficie del océano y los cambios que lo acompañan en la salinidad de sus capas superiores.
AMOC, que incluye la Corriente del Golfo, transporta agua cálida hacia latitudes más altas, liberando calor a la atmósfera y llevando aguas frías a los trópicos. Esto forma un circuito continuo que redistribuye el calor a través del océano.
Mishonov y sus coautores creen que la clave para comprender la trayectoria del clima oceánico es identificar cómo responde el clima del Atlántico Norte al calentamiento continuo de la superficie durante períodos de décadas.
Los investigadores utilizaron datos del Atlas Oceánico Mundial que cubren el período 1955-2017, así como datos de reanálisis climático sobre la tensión del viento decenal y los campos de altura de la superficie del mar del proyecto Simple Ocean Data Assimilation de la Universidad de Maryland para determinar las huellas dactilares de la circulación del Atlántico Norte y la dinámica de AMOC.
Los autores descubrieron que, aunque todo el Atlántico Norte se está calentando sistemáticamente, las trayectorias climáticas en sus diferentes subregiones revelan características radicalmente diferentes de variabilidad regional decenal, lo que refleja diversos patrones climáticos. Por ejemplo, si bien la temperatura aumentó gradualmente de 1955 a 2017, disminuyó en el Atlántico más septentrional de 1955 a 1994 y luego aumentó de 1995 a 2017. También se observan patrones similares en la salinidad y la densidad.
Esta variación en las características climáticas indica que la situación actual puede no predecir lo que deparará el futuro, incluso si la desaceleración de AMOC persistirá, se acelerará o disminuirá en la próxima década. Sin embargo, el documento sugiere que no se pueden descartar escenarios que impliquen una desaceleración o colapso de AMOC. A continuación, los autores planean explorar otras regiones del océano global para buscar patrones similares en la variabilidad de la temperatura y la salinidad a largo plazo.