Analistas militares sostienen que la ofensiva terrestre israelí contra la ciudad de Rafah no estaba descartada
Israel ha retirado sus tropas terrestres del sur de Gaza por “razones tácticas”, dijo el ejército del país, planteando dudas sobre la dirección futura de la guerra mientras Hamás y delegaciones israelíes viajan a Egipto para una nueva ronda de conversaciones de alto el fuego informó el diario británico The Guardian.
Dos brigadas permanecerán en la mitad norte de la Franja de Gaza y en el nuevo corredor que ahora bifurca el territorio palestino en Wadi Gaza, dijo el domingo Israel.
Se cree que la reducción tiene como objetivo principal aliviar a los reservistas después de casi seis meses de intensos combates más que cualquier cambio significativo en la estrategia.
Analistas militares dijeron el domingo que una ofensiva terrestre israelí contra la ciudad de Rafah, en el extremo sur de Gaza, donde se refugiaban alrededor de 1.4 millones de personas, no estaba descartada.
Pero el momento del anuncio coincide con el comienzo de una ronda de conversaciones mediadas en El Cairo, la capital egipcia, destinadas a asegurar una segunda tregua y un acuerdo de liberación de rehenes, y está siendo recibido como una señal positiva de que las últimas negociaciones -después de muchos titubeos – finalmente puede dar frutos.
Los medios israelíes informaron que la delegación del país incluía a los jefes del Mossad y Shin Bet, y está operando con un “mandato ampliado”.
A las conversaciones también asistirá el director de la CIA, Bill Burns, junto con el ministro de Asuntos Exteriores de Qatar, el jeque Mohammed bin Abdulrahman Al Thani.
Antes de que comenzaran las nuevas conversaciones, Hamás reiteró sus exigencias formuladas en una propuesta del 14 de marzo, que incluyen un alto el fuego permanente, la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza, el regreso de los desplazados a sus hogares y un acuerdo de intercambio “serio” de prisioneros palestinos. por los rehenes israelíes retenidos en Gaza, según un comunicado.
El régimen de Benjamín Netanyahu, que está bajo una creciente presión internacional por la conducta de sus fuerzas en Gaza y la desesperada situación humanitaria, dijo el domingo que Israel no cederá a las demandas “extremas” de Hamas ni aceptará ningún alto el fuego hasta que los rehenes restantes fueron liberados.
La agresión ha matado a más de 33,000 personas, más 8,000 dejados bajo los escombros de la destrucción sistemática de Israel que ha obligado a casi todos los 2,3 millones de habitantes a abandonar sus hogares.
La hambruna es “proyectada e inminente” en la mitad norte de Gaza, según afirmó el mes pasado un informe respaldado por la ONU, y según Oxfam, el número de personas que enfrentan “niveles catastróficos” de hambre casi se ha duplicado desde diciembre.
Las agencias dicen que la ayuda humanitaria se ha visto gravemente obstaculizada por Israel por una combinación de obstáculos logísticos, carreteras dañadas, una ruptura del orden público y largos controles burocráticos impuestos por Israel.
Un ataque israelí con drones contra un equipo de trabajadores humanitarios internacionales la semana pasada, en el que murieron siete personas, provocó algunas de las críticas occidentales más feroces sobre cómo Israel está llevando a cabo la guerra hasta la fecha.