El país no ha sido capaz en 25 años, desde la reversión del Canal, de transformar su riqueza en empleo formal, fortaleza institucional e igualdad
Por esta vía de apenas 80 kilómetros de largo transita el 3% de todo el comercio marítimo global y se conectan 180 rutas de 170 países a través de 1,920 puertos en el mundo, informó BBC News Mundo.
En el 2023, uno de los años más difíciles de la historia del Canal por una sequía sin precedentes, esta infraestructura aportó $2,500 millones al Estado y $3,630 millones a la economía nacional, según datos de la Autoridad del Canal.
Son cifras que explican el buen desempeño de la economía de Panamá, cuyo Producto Interior Bruto (PIB) ha estado entre los más dinámicos de América Latina durante décadas, incluido el año pasado, cuando lideró la región con un crecimiento del PIB del 7,3, según cifras oficiales.
Pero Panamá es mucho más que su Canal y, al mirar con lupa sus finanzas, su dependencia de esa infraestructura es notable, pero no definitiva.Como le explica a BBC Mundo el economista panameño Carlos Araúz, la economía de Panamá “tiene otros pilares importantes”.
Sin embargo, el modelo económico panameño está bajo escrutinio de cara a las elecciones presidenciales que se celebran este domingo.
A pesar del buen estado macro de la economía, expertos como Araúz y otros entrevistados por BBC Mundo señalan que el país no ha sido capaz en 25 años, desde que Estados Unidos devolvió la gestión del Canal a Panamá, de transformar su riqueza en más empleo formal, fortaleza institucional e igualdad.
Dichos problemas de fondo se evidenciaron con las masivas protestas en otoño del 2023, cuando miles de panameños salieron a las calles demandando cambios en un modelo político y económico que no se ha traducido en beneficio para todos.
Según el más reciente Informe Anual de la Autoridad del Canal, el aporte directo de esta infraestructura al PIB en el 2023 fue de 3,1%.
Sin tener en cuenta los percances de la sequía, Araúz, director ejecutivo de la asesoría financiera Fidinem en Panamá, y Felipe Argote, profesor de economía en la Universidad Interamericana de Panamá, coinciden en que el aporte del Canal al PIB suele rondar “entre el 6 y el 8%”.
“Pero cuando sumas todo el escaparate de logística, que incluye la actividad de puertos y ferrocarriles y la Zona Libre de Colón, se convierte en un pilar mucho más importante, de hasta el 30% aproximadamente”, argumenta Araúz.
Es decir, que el Canal es una rama más dentro de un complejo logístico que desarrolló este país por su privilegiada posición geográfica, donde se puede atravesar un continente en pocas horas.
Entonces, ¿de qué más vive Panamá?
El país centroamericano tiene “una economía de servicios”, resumió la Oficina Económica y Comercial de España en Panamá en su último informe.
El sector terciario es con diferencia el de mayor peso: aporta casi un 68% del total del PIB panameño.
Sus tres pilares son el comercio, el sector logístico -que catapulta el Canal- y el sector bancario y financiero.
El comercio mayorista y minorista es la actividad que más aporta a la riqueza del país, con cerca de un 18% del PIB, y que más empleo genera, alrededor de un18% de población ocupada.
¿Y cuál es el pilar fundamental del comercio panameño?: La Zona Libre de Colón (ZLC). Se trata de una zona franca localizada en la provincia de Colón, que opera como una institución autónoma desde 1953 y que se erige como la más grande en América y la segunda del mundo después de Hong Kong.
En la ZLC funcionan centros de importación, almacenaje, embalaje y reexportación de productos provenientes de distintos países.
Panamá importa mercancías como teléfonos móviles, calzados, medicamentos, perfumes, cigarrillos, textiles, joyería, computadores, televisores y licores.
Primero los recibe de países de todo el mundo, sobre todo desde China, Estados Unidos y Hong Kong, para luego reexportarlos al resto de América Latina.
El sector financiero y de seguros, que aportó 7,5% del PIB y es uno de los más dinámicos de América Latina, también destaca a pesar de la pérdida de reputación de los últimos años, con el varapalo que supone que la Unión Europea incluyera al país en su lista de paraísos fiscales.
Al pensar en Ciudad de Panamá, la capital del país, seguramente te vengan a la mente las imponentes vistas de su skyline.
La construcción, con un aporte al PIB de 13% en el 2022, es otro de los símbolos del crecimiento panameño. Antes de la pandemia, en el 2018, llegó incluso a representar un 18% del PIB.
Esto se unió, dice el investigador, a la conversión de Panamá en destino de especuladores, extranjeros jubilados y segunda residencia para nacionales de países inestables.
La minería era otro sector pujante. Sumó 5% del PIB en 2021, pero se tambaleó con fuerza en otoño del 2023, cuando Panamá vivió manifestaciones históricas contra la aprobación exprés de un contrato entre el Estado y la subsidiaria canadiense Minera Panamá para explotar la mayor mina de cobre a cielo abierto de Centroamérica.
Esa ola de descontento social resultó en que la Corte Suprema declarara inconstitucional el acuerdo y expuso varias debilidades del modelo panameño.
Los expertos consultados por BBC Mundo las enumeran: La desigualdad y la “inhabilidad del Estado para trasladar su riqueza en mayor bienestar y empleo”.