Tras el inicio de relaciones diplomáticas en junio entre Pekín y Panamá, tras romper con Taiwán, Wei Qiang se convierte en el primer embajador chino en la historia del país centroamericano
El primer embajador de China en Panamá, Wei Qiang, presentó este lunes cartas credenciales ante el gobierno panameño, con el comercio y las inversiones como telón de fondo tras el establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países.
La cancillería de Panamá informó que Wei Qiang presentó las copias de las Cartas Credenciales a la vicepresidenta y canciller, Isabel de Saint Malo, en una ceremonia protocolar celebrada en el Palacio Bolívar, sede del ministerio de Relaciones Exteriores.
De acuerdo al gobierno panameño hay un interés de Panamá y China en “profundizar las recién establecidas relaciones diplomáticas mediante la cooperación en diferentes áreas del desarrollo sostenible”, dice un comunicado
De Saint Malo reiteró la disposición del gobierno panameño “de avanzar” junto a China en “una relación para beneficio directo de ambas naciones” en temas como migración, cooperación judicial, turismo, logística, comercio, infraestructura e inversión, entre otros.
Wei Qiang ha sido diplomático en países de América Latina y la Organización de los Estados Americanos (OEA).
El nuevo embajador chino destacó por su parte “la importancia que para su país representa Panamá” como centro logístico para el reparto de mercancías al resto de América Latina, según la nota.
A su llegada la pasada semana a Panamá, Wei Qiang, afirmó que su primera función será preparar la “casi inminente visita de Estado que tiene previsto realizar el presidente (Juan Carlos) Varela a China el próximo mes”.
La nueva relación con Panamá es “un claro signo de desarrollo chino” y del “aumento visible de su influencia” en el mundo, añadió.
China es el segundo mayor usuario del Canal de Panamá. Además es su cuarto socio comercial y el mayor proveedor de la zona franca de Colón, una de las principales de la región.
El gobierno panameño espera sobre todo inversiones chinas para sus grandes proyectos de infraestructura, mientras que Pekín espera aprovechar la conectividad para América Latina que brinda Panamá, con un Canal interoceánico, puertos, un robusto sistema bancario y una economía dolarizada.