Los republicanos esperan que, en caso de que ocurra un reemplazo, Harris llegue debilitada a la contienda como candidata de los demócratas
La campaña de Donald Trump y algunos aliados lanzaron un ataque político preventivo contra la vicepresidenta Kamala Harris, en un veloz intento por desacreditarla ante los comentarios de algunos demócratas respecto a que podría reemplazar al mandatario Joe Biden en la candidatura del partido para las elecciones de noviembre, informaron medios de prensa internacional.
En redes sociales y en una avalancha de declaraciones durante las últimas 48 horas, la campaña de Trump y sus aliados republicanos parecen estar sentando las bases para un ataque a todo pulmón contra Harris en caso de que Biden, de 81 años, decida poner fin a su intento de reelección, luego de su mal desempeño en un debate la semana pasada.
Si bien Biden ha insistido en que no abandonará la carrera, cuatro meses antes de las elecciones del 5 de noviembre, y Harris lo ha apoyado con firmeza, la campaña de Trump tiene poco que perder denostando a la vicepresidenta.
La campaña de Trump espera que, en caso de que ocurra un reemplazo, Harris llegue debilitada a la contienda como candidata de los demócratas a la Casa Blanca.
Los republicanos han criticado regularmente a Harris, de 59 años, durante el mandato de Biden, pero las acciones de esta semana constituyen una intensa escalada -aparentemente coordinada- que parece estar relacionada con el aumento de los rumores sobre la posibilidad de que sustituya a Biden en la carrera.
El Comité Nacional Republicano en el Congreso, que supervisa las elecciones republicanas en la Cámara de Representantes, la ha calificado como “la facilitadora en jefe” de Biden.
MAGA Inc, un grupo de recaudación de fondos que apoya a Trump, emitió un comunicado llamándola la “zar de la invasión”.
En marzo del 2021, Biden dijo que Harris lideraría los esfuerzos con México y las naciones centroamericanas para abordar la inmigración ilegal.
Los republicanos han aprovechado esta medida para acusarla de no haber logrado detener el flujo de millones de inmigrantes que cruzan ilegalmente a Estados Unidos, aunque ella nunca fue directamente responsable por asegurar la frontera sur.
“Kamala Harris es incompetente. Ha demostrado ser la peor vicepresidenta de la historia y ha apoyado al 100% a Joe Biden en cada una de las políticas desastrosas que ha implementado en los últimos cuatro años”, dijo Karoline Leavitt, portavoz de la campaña de Trump.
El expresidente republicano menospreció a Harris en un video grabado en uno de sus campos de golf, publicado por The Daily Beast el miércoles, afirmando que Harris “es tan patética” y luego usando un insulto para describirla.
La campaña de Trump mantuvo sus palabras, y el codirector de campaña Chris LaCivita escribió en X: “Nada en este video es incorrecto”.
Los ataques a Harris por parte del bando de Trump recordaron una táctica similar que el republicano utilizó para socavar con éxito a Ron DeSantis, su principal rival republicano, antes de que el gobernador de Florida saltara a la carrera primaria de su partido para las elecciones del 2024 el año pasado.
Corey Lewandowski, asesor de Trump desde hace mucho tiempo, dijo a Reuters que Harris era políticamente vulnerable dado su papel en el tratamiento de la inmigración ilegal, entre otras cuestiones que forman parte de una extensa investigación que el partido ha recopilado sobre su historial.
A pesar de sus índices de aprobación consistentemente bajos, una encuesta de Reuters/Ipsos a principios de esta semana mostró que Harris es una oponente de Trump tan formidable como Biden. En un enfrentamiento hipotético, Trump aventajaba a Harris por un solo punto porcentual, 43% a 42%.
Si Biden abandonara la carrera antes de la Convención Nacional Demócrata en agosto, no hay garantía de que Harris sea la nominada.
Pero como vicepresidenta, probablemente sería la primera en la fila. Se beneficiaría del inmenso fondo de campaña de Biden y probablemente vería a un gran segmento de los demócratas unirse a ella en un intento por evitar una amarga batalla dentro del partido.
Y como la primera vicepresidenta afroamericana en la historia de Estados Unidos, proporciona un puente hacia el bloque de votantes más confiable del partido. Sus antecedentes y su relativa juventud marcarían un nítido contraste con Trump, de 78 años.