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Por primera vez en Suramérica una exposición panorámica de Baldessari

Por primera vez en Suramérica una exposición panorámica de Baldessari
John Baldessari. Foto/EFE.

La muestra repasa 50 años de la producción del artista y ofrece una lectura en cuatro grupos temáticos

El Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Malba, acogerá hasta noviembre próximo la exposición ‘El fin de la línea’, la cual recoge un compendió de 45 obras del universo del artista estadunidense, John Baldessari, quien quemó su trabajo para transformarse en figura fundamental del arte conceptual, informó la agencia EFE.

Por medio de cuatro entornos temáticos, las paredes del Malba reproducen un resumen de 50 años de producción artística alimentada a base de ironías, autodestrucción, fijación obsesiva entre imágenes y lenguaje, junto a la necesidad de romper con la configuración lineal para crear ‘caos interpretativo’.

Se trata de la primera vez que se exhibe la obra retrospectiva del artista en Suramérica.

Foto/@FondoDocArteCon

“La exposición está cubierta con pinturas textuales, en las que él se desentiende de la autografía manual de la obra de arte, hasta 2019, un año antes de su muerte”, dijo a EFE Karen Grimson, la curadora de la Colección Craig Robins, quien fue amigo y primer promotor del trabajo del artista.

En los lienzos, la imagen queda en segundo plano para dar lugar al texto. Al principio, dibujaba cada frase, pero quería que su audiencia no se distrajera con el trazo de las brochas y reemplazó su mano por letras con estilo publicitario, sin ningún tipo de emoción para buscar el impacto de las letras.

Foto/@ishitakuma

Sin embargo, con ‘Proyecto Cremación’ da pie a la génesis de su universo: un gesto radical, que simbolizaría la “maduración de su obra”, ya que Baldessari incinera 125 pinturas en una morgue de San Diego, en California, Estados Unidos, después de graduarse de la universidad.

Para condimentar la ‘performance’, los restos se transformaron en ingredientes para hacer galletitas, que colocó en una urna funeraria con la receta como obituario; con otra parte de las cenizas fabricó un libro, que llevaba consigo a todos lados.

“El video ‘Cremación’ de 1970 documenta la destrucción previa de sus obras y el ingreso al crematorio como un acto fundamental para determinar el comienzo de la etapa conceptualista del arte norteamericano. Le da una cierta dimensión corporal, ya que este corpus de obras era significativo para el proyecto”, señaló Grimson.

Foto/@jorgecarrion21

Su arte renació con la fotografía conceptual, persiguiendo la repetición serial de imágenes simbólicas, pero siempre con un texto o frase delante, algo que evolucionaría al coleccionar carteles de la industria cinematográfica o fotos de la prensa.

“Las reutilizaba, apropiándoselas y cubriendo ciertos fragmentos como los rostros de las figuras humanas con círculos autoadhesivos multicolores, generalmente en colores primarios”, relató la comisaria de la muestra.

El artista estadunidense había dicho alguna vez que sería más recordado como “el tipo que ponía puntos sobre la cara de la gente” que retrataba, aunque el motivo, quizá, estaba más relacionado con el choque a la imaginación que genera ver una figura sin rostro.

En una de las salas del Malba, decoradas con las últimas dos décadas de producción ‘baldessariana’, un juego de bacinillas con colores chillones se alza en el centro de este escenario con la leyenda: “El artista es una fuente”, en un claro homenaje al francés Marcel Duchamp, precursor del arte conceptual.

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