Una veintena de países urge a sus nacionales a abandonar de forma inmediata el territorio libanés
El inicio de una operación militar israelí contra Hezbulá en suelo libanés parece cada vez más próxima
El asesinato la semana pasada del líder político de Hamás, Ismael Haniyeh, en Teherán, tras el asesinato del segundo de la organización chiíta libanesa, Fuad Shukr, en Beirut, hace inevitable una respuesta coordinada de Irán y sus fuerzas proxy diseminadas por la región contra Israel, que se encuentra en “alerta máxima”, informó el diario español La Razón.
Como viene siendo habitual desde el pasado mes de octubre, la milicia proiraní dirigida por Hassan Nasrallah, que aseguró la semana pasada que “el enemigo sionista ha cruzado la línea roja”, volvió a lanzar este domingo decenas de proyectivles contra el norte de Israel, que fueron neutralizados por el sistema defensivo de Tel Aviv o cayeron en espacio abierto.
La fuerza aérea israelí respondió con la supuesta destrucción de un lanzacohetes en el sur del Líbano desde el que los proyectiles fueron disparados.
Pero la respuesta israelí puede ir mucho más allá de los bombardeos contra mandos o centros logísticos de Hezbulá y convertirse en una operación a gran escala que combine la vía aérea y la terrestre como vienen avisando miembros del ejército y el gobierno israelí desde hace semanas.
La activación del frente interior implica una evaluación mayor del riesgo para Israel.
Además, fuentes del ejército israelí informaban que una brigada de infantería completó la semana pasada un ejercicio militar para simular “escenarios de combate en territorio enemigo” en el norte del país.
Se trata de la primera brigada regular de infantería (no de la reserva) que completa un ensayo militar en la zona. La unidad en particular, conocida como Kfir, tiene experiencia combatiendo en Gaza, Cisjordania y en la frontera norte. En las maniobras, las tropas ensayaron escenarios de combate, evacuaciones de heridos, el uso de camuflaje y el movimiento a través de terreno montañoso y espeso.
Los bombardeos israelíes se han cobrado la vida de más de 540 libaneses, de los cuales se estima que al menos 350 son combatientes de Hezbulá. Los ataques de la milicia libanesa contra suelo israelí han costado la vida a 47 israelíes, 25 de ellos civiles.