Visitará Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur, un periplo que lo llevará a pasar 44 horas en traslados aéreos por 32,000 kilómetros.
Todavía en mayo pasado, cuando el Vaticano confirmó el viaje, buena parte de los comentaristas dudaron de que de verdad se fuera a realizar. Pero, finalmente, fue el propio Papa quien ha despejado la duda, informó el diario catalán El Periódico.
Pese a sus 87 años y a sus problemas de salud, Francisco realizará en los próximos 12 días uno de los periplos más ambiciosos de su pontificado: un desplazamiento que lo llevará a cumplir con un total de 44 horas de traslados aéreos (32,814 kilómetros) como parte de su gira por cuatro países de Asia y Oceanía donde visitará Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur.
Un larguísimo viaje en el que el pontífice argentino tiene previsto pronunciar 16 discursos y que empezará con una primera escala en Indonesia, un país multirreligioso que acoge la mayor población musulmana del mundo. Circunstancia que le servirá para pronunciarse sobre uno de grandes temas de su gira: el diálogo entre religiones.
No será el único asunto sobre la mesa. Otro será el de la crisis climática, lo que también explica el por qué primero llegará a Yakarta, una ciudad indonesiana cuyo territorio ha quedado sumergido en un 40% debido a la subida del nivel del mar. El propio secretario general de la ONU, Antonio Guterres, llamó recientemente la atención sobre este tema, al recordar que el nivel de mar ha crecido 21 centímetros entre 1990 y 2020.
Le seguirá -tampoco casualmente- un desplazamiento hasta Papúa Nueva Guinea, país también de enormes con normes recursos naturales, pero donde alrededor del 40% del país asiático vive en la pobreza, alimentada también los desastres naturales.
Timor Oriental será, en cambio, su tercera etapa. Sin embargo, en el único país de mayoría católica (98%, según estadísticas), es donde también planeará sobre la gira el caso del obispo Carlos Ximenes Belo, Premio Nobel de la Paz en 1996, sancionado en secreto en 2020 por abusos a niños. Circunstancia que pueda que represente un mal trago para el pontífice puesto que el Vaticano ha sido criticado por su gestión.
El Papa concluirá luego su viaje en Singapur, el país más rico de Asia y también uno de los lugares del mundo más amenazados por el aumento del nivel del agua. Un fenómeno que ya desde hace años amenaza con inundar sus muelles y dejar bajo el agua una gran parte de su territorio.
En Singapur, además, Francisco pronunciará el último de sus tres discursos multitudinarios, una de las medidas que se han tomado para no cansar demasiado al Papa, junto con la de impedirle de pronunciar más de dos discursos al día y tener el primer día en Yakarta sin actividades.
Se mantendrán, en cambio, los encuentros con las autoridades y jerarcas de la Iglesia local. Y tampoco se puede descartar que Francisco aproveche la ocasión para enviar un mensaje a China, país con el cual desde hace décadas el Vaticano busca un acercamiento y con el cual la relación con la Iglesia católica sigue siendo tensa.