Trump es el candidato que ha participado en más debates presidenciales en la historia de Estados Unidos. Siete hasta el momento
Dos estilos muy distintos, pero un mismo objetivo: Convencer a los votantes de que Estados Unidos los necesita. Este martes Kamala y Donald Trump se verán las caras en persona por primera vez en el marco del segundo debate presidencial, informó el diario español La Razón.
Se espera que, esta noche, cuando suban al escenario en el National Constitution Center de Filadelfia ambos candidatos revelen su mejor versión y los argumentos más convincentes después de varios días de preparación intensa, en el caso de la vicepresidenta, y años en el caso del expresidente, el candidato que ha participado en más debates presidenciales en la historia del país. Siete hasta el momento.
Harris ha estado varios días encerrada en un hotel, con un imitador de Donald Trump que ha enfundado hasta la corbata roja que tanto caracteriza al exmandatario para que visualice la escena lo mejor posible.
Su candidatura nació hace poco más de un mes, pero desde el primer día, la sustituta de Joe Biden, ha contado con un pequeño equipo de asesores y los consejos de los dos únicos demócratas que se han enfrentado a Trump, su antecesor y Hillary Clinton.
Harris llega a esta prueba de fuego con el viento a favor y los bolsillos llenos (su campaña ha anunciado que cuenta $404 millones de dólares en efectivo disponibles a dos meses de las elecciones) pero con una hazaña nada fácil.
Tiene que dibujar para el público cuál será su plan si consigue llegar a la Casa Blanca. Debe definirse en temas muy polémicos como el aborto, la inmigración o la posición de Estados Unidos en el conflicto de Medio Oriente, pero manteniendo el legado de su antecesor, Biden, sin atarse completamente a él porque ella misma se presenta como la candidata del cambio.
La exfiscal cuenta con las herramientas necesarias para enfrentar a su adversario, pero los nervios y la presión no ayudan.
Los demócratas han puesto todas sus esperanzas en ella, y han quitado del tablero a su histórico miembro y actual presidente para que la vicepresidenta, de 59 años, garantice la longevidad demócrata en la Casa Blanca.
Es inevitable que Harris sienta la presión, sobre todo teniendo en cuenta que el último debate presidencial acabó con la carrera presidencial de su antecesor.
Por su parte Donald Trump se muestra tan confiado como siempre. No se ha preparado con nadie que interprete a Harris, como hizo con Biden, y se aferra a su estilo habitual.
Sus asesores le han hecho mucho hincapié en que se centre en el mensaje político y evite la confrontación y los ataques personales, que cada vez le restan más apoyo entre el electorado.
Juega a su favor que la economía del país se está estabilizando, pero muchos estadounidenses aseguran no notarlo en su bolsillo. La última encuesta realizada por The New York Times y Siena College revela a que el republicano lleva una ventaja de 13 puntos porcentuales respecto a Harris en esa cuestión, un tema clave para los votantes.