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Dos meses del nuevo gobierno

Dos meses del nuevo gobierno
Mayor Felipe Camargo A., analista de Seguridad y Defensa.

La operación Jericó marca el nuevo método del gobierno entrante para enfrentar y aplastar las organizaciones criminales criollas, (frente interno) fue un ataque táctico importante que descabezó a un sector de la mafia local.

Como ha sucedido en otros gobiernos, cuando unos salen, otros entran. Así mismo está ocurriendo en el bajo mundo. Hay una transición de espacios, poderes que se resuelve eliminando a elementos entre ellos lo que denominan peleas entre pandillas.

Se ha registrado en estos dos primeros meses de la nueva administración un aumento alarmante de ejecuciones por sicariato. Esas acciones demuestran que hay una transición de las bandas que operaban bajo la protección del gobierno que se fue, por los cambios en los órganos de inteligencia y seguridad del Estado.

Ese vacío, que se produce al quedarse sin protección, vino acompañado de la operación Jericó que fue de alto valor de impacto para las organizaciones que operaban bajo la bandera del gobierno del PRD, saliente, dando paso a las pandillas emergentes que intentan competir en el mercado de las drogas.

¿Alguien decía que algo no está funcionando? Aumentó la matadera.

El gobierno le está cayendo encima a las estructuras criminales que gozaban de algún nivel de protección del PRD y escolta a esos elementos. Se quedaron sin piso ni techo.

Cambió el escenario, entran a competir los otros bichos, donde ocurre delaciones, chivatazos y ahí se producen las ejecuciones.

El nuevo escenario de la calle, es quien ocupa ese vacío con protección de alguna fuerza política, preferiblemente, y busca controlar el bajo mundo local. Mutó la narco política del PRD a otra fuerza política.

El toque de queda, solo a los menores tiene poco efecto sobre las acciones de las pandillas que continúan operando.

Es una parte de un plan general, que tiene que estar acompañado de otras contramedidas legales, operacionales y reforzamiento del trabajo policial.

El gran problema son los sicarios que continúan atacando, imponiendo su ley a su forma, y nadie lo está deteniendo.

Las tareas por delante son revisar las estrategias y métodos de inteligencia, adaptarlas a los cambios que se vienen produciendo en el bajo mundo, y alinear las lealtades dentro de las Fuerzas Pública.

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