“Los multimillonarios están inyectando gran cantidad de dinero en ambos partidos, no quieren pagar una parte justa de impuestos”, subraya
Hace cuatro años, el senador progresista de Vermont Bernie Sanders se embarcó en una inédita cruzada contra el establishment del Partido Demócrata, pisando los talones al presidente Joe Biden en la nominación del partido y con el doble de popularidad que Kamala Harris en el proceso de primarias, informó la agencia EFE.
En entrevista con EFE desde la isla progresista de Austin en Texas, Sanders habla de la influencia del dinero en el poder, de satisfacer las demandas de la clase trabajadora y de los latinos tejanos en unos comicios donde el apoyo al expresidente Donald Trump augura unas ajustas elecciones presidenciales.
“Mi conclusión es que si en este país quieres ganar las elecciones tienes que apoyar a la clase trabajadora. Eso significa que vamos a movernos hacia una sanidad universal, para que todo hombre, mujer y niño tenga el cuidado de salud que requieren, reducir el coste de las medicinas y aumentar el salario mínimo en Texas y a nivel federal”, señala Sanders.
El legislador se ha unido a la campaña de la vicepresidenta Harris, en un intento por presionar al partido a mirar a la “clase trabajadora” y conseguir así una nueva victoria ante la extrema derecha el próximo mes de noviembre.
Tras haber perdido contra Biden en el 2020 las primarias del partido demócrata, Sanders –y junto a él exponentes del movimiento progresista como los legisladores Alexandria Ocasio-Cortez o Ro Khanna- se acercó a la Casa Blanca, consiguiendo que el gobierno actual abrazara políticas hace unos años impensable como reducir los precios de algunos medicamentos o la defensa de los sindicatos.
“La gente mira a su alrededor y piensa, ‘¿qué está haciendo el gobierno por mí? ¡Que se jodan! Quiero a un hombre fuerte, alguien con mano dura, que culpe a los inmigrantes’”, indicó el legislador.
Los grupos demográficos entre los que más tiene fortaleza Trump están fuertemente marcados.
Puntúa constantemente alto entre las personas blancas de menores ingresos y sin diploma universitario y está ganando terreno entre los votantes hispanos, un grupo donde un 48% de los hogares está en el nivel de riqueza más bajo de la población.
“Para ganar las elecciones”, argumentó Sanders, “el partido demócrata tiene que dejar claro que es el partido de los trabajadores y que está preparado para enfrentarse a los intereses de las grandes corporaciones”.
Sanders indicó que la lucha progresista se complica debido a que se están enfrentando a los “intereses especiales de quienes son muy poderosos”, algo que evidencia esta campaña presidencial, la más cara y milmillonaria de la historia.
“Los multimillonarios están inyectando una gran cantidad de dinero en ambos partidos; no les gusta lo que defendemos, no les gusta la idea de tener que pagar una parte justa de impuestos”, subrayó.
No obstante, el político tiene esperanzas de que las ideas que abandera ganen más terreno en el escenario político estadounidense.