Milton pueden resultar la próxima apertura para la vorágine de desinformación de Trump y Harris
Mucho antes de que los potentes vientos del huracán Milton azotaran la costa de Florida, ya se libraba una batalla política en torno a la enorme tormenta.
Una catástrofe natural potencial de tal magnitud, que podría tratarse del gigantesco monstruo alimentado por el cambio climático que los científicos temen desde hace tiempo, debería ser inmune al oportunismo político.
Pero en las últimas semanas de unas elecciones presidenciales protagonizadas por un candidato tan implacable como Donald Trump, nada escapa al partidismo y las secuelas de Milton pueden resultar la próxima apertura para la vorágine de desinformación del expresidente.
El huracán está próximo a tocar las costa de Florida, y aunque bajo a categoría tres, su poder podría aumentar en horas y convertirse en el mayor destructor de todos. Las personas en Tampa siguen evacuando, mientras que en Los Cayos, ya sienten los vientos huracanados.
De acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, Milton perdió un poco de intensidad y en la tarde de hoy presentaba vientos máximos sostenidos de 215 kilómetros por hora, no obstante ha crecido de tamaño y sus vientos con fuerza de tormenta tropical se extienden hasta unos 400 kilómetros desde su centro.
Trump, experto en manejar a su favor la atención mediática, se adelantó a la candidata demócrata Kamala Harris y al propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tras el paso de Helene, siendo el primero en visitar una zona afectada por el desastre: el estado de Georgia, clave para los comicios.
De inmediato, acaparó los medios con afirmaciones falsas, asegurando que el Gobierno federal no estaba respondiendo a las peticiones de los gobernadores y alegando que la Agencia Federal de Emergencias (FEMA) no estaba asistiendo a los damnificados porque había gastado sus fondos en ayudar a migrantes.
Por su parte, Harris aprovechó la tormenta que se avecina como prisma para criticar el carácter de Trump e impulsar su argumento de que es un “hombre poco serio” que supone una gran amenaza si vuelve a ser elegido. En el programa “The View” de ABC este martes, le acusó de anteponerse “a las necesidades de los demás”. Harris añadió: “Me temo que realmente carece de empatía en un nivel muy básico para preocuparse por el sufrimiento de otras personas y luego entender que el papel de un líder no es golpear a la gente, es levantar a la gente, especialmente en tiempos de crisis.”
Con todo, las maniobras de Trump son la última muestra de una ventaja que tiene sobre Harris a pesar de tener un historial presidencial propio que defender: al no estar en el poder, puede permitirse el lujo de criticar la actuación del Gobierno sin asumir ninguna responsabilidad personal.
La política de tormentas está marcada por el recuerdo de dos catástrofes. La gestión desastrosa del huracán Katrina, que azotó Nueva Orleans y la costa del Golfo en 2005, contribuyó a destruir el segundo mandato del presidente George W. Bush. Y la gestión más segura de la supertormenta Sandy por parte del presidente Barack Obama, un huracán que azotó la costa este en 2012, le ayudó a imponerse al republicano Mitt Romney en las elecciones de ese año.
Sandy se recuerda sobre todo por el abrazo del entonces gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, a Obama mientras buscaba la máxima ayuda federal para su estado. Esto enfureció a muchos republicanos. Y marcó las posteriores campañas presidenciales republicanas de Christie por su decisión de anteponer su deber a la política.
En el año 2012, otro huracán, Sandy, también sacudió la campaña. El demócrata Barack Obama optaba a la reelección cuando la tormenta azotó Nueva Jersey, estado gobernado entonces por Chris Christie, férreo defensor de las políticas del candidato republicano Mitt Romney.
Tras el desastre, Obama se desplazó a Nueva Jersey, donde Christie le recibió en el aeropuerto con un apretón de manos, mientras el mandatario colocaba su mano sobre el hombro.
Aquel gesto, interpretado como un “abrazo”, provocó críticas a Christie dentro de su partido, pero benefició a Obama, proyectándose como un líder capaz de trascender divisiones partidistas. La eficiente respuesta federal también consolidó su imagen de político fuerte y capaz de responder a momentos de crisis.
Aún está por escribirse la historia sobre cómo los huracanes afectarán esta campaña presidencial. Por ahora, Florida espera con el corazón en un puño la llegada de Milton, que ya ha obligado a evacuar a miles de personas.
El huracán Milton se dirige a Florida tras aumentar de tamaño en aguas del Golfo de México y subir a categoría 5. Se espera que impacte en la costa oeste del estado y las autoridades dicen que tiene potencial para convertirse en el más peligroso y mortífero de la historia de Florida.
Los residentes ya están aprovisionándose y preparándose para la llegada del temporal, aunque el Centro Nacional de Huracanes ha instado a muchos de ellos a evacuar sus hogares. Milton presenta en estos momentos vientos máximos sostenidos de 270 kilómetros por hora.