La mayoría de sus miembros tienen 80 años y han dedicado su vida a luchar contra las armas nucleares
La organización japonesa Nihon Hidankyo, un movimiento popular de sobrevivientes de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, ganó este viernes el Premio Nobel de la Paz, en una advertencia a los países que tienen armas nucleares para que no las utilicen.
Muchos de los que han sobrevivido a las dos únicas bombas nucleares que se han utilizado en un conflicto, conocidos en japonés como “hibakusha”, han dedicado sus vidas a la lucha por un mundo libre de armas nucleares.
El Comité Noruego del Nobel dijo en su mención que el grupo recibía el Premio de la Paz por “sus esfuerzos para lograr un mundo libre de armas nucleares y por demostrar a través del testimonio de testigos que las armas nucleares nunca deben volver a usarse”.
“Los hibakusha nos ayudan a describir lo indescriptible, a pensar lo impensable y a comprender de algún modo el dolor y el sufrimiento incomprensibles que causan las armas nucleares”, afirmó el comité.
“No puedo creer que sea real”, dijo el copresidente de Nihon Hidankyo, Toshiyuki Mimaki, en una conferencia de prensa en Hiroshima, lugar del bombardeo atómico del 6 de agosto de 1945 durante las últimas etapas de la Segunda Guerra Mundial, mientras contenía las lágrimas y se pellizcaba la mejilla.
A raíz de la devastadora presión de las explosiones, el calor radiante y la radiación ionizante de las dos bombas atómicas, se estima que 140,000 personas en Hiroshima y 73,000 en Nagasaki perdieron la vida de manera inmediata o en los cinco meses posteriores a los bombardeos.
De los que lograron sobrevivir, aproximadamente 270,000 se convirtieron en “hibakusha”, enfrentando no solo las graves secuelas físicas de la tragedia, sino también el estigma y el sufrimiento emocional.
El reconocimiento, como un grito por la paz, llega en un contexto de creciente preocupación global ante las amenazas de Rusia de utilizar su arsenal nuclear en el marco de la guerra en Ucrania, así como por los programas nucleares de Irán y Corea del Norte.
Es el segundo Premio Nobel de la Paz para un receptor japonés en los 123 años de historia del premio, 50 años después de que el ex primer ministro Eisaku Sato lo ganara en 1974. Está dotado con $1 millón.