Tras la negativa de Brasil de permitir el ingreso de Venezuela a los BRICS de países emergentes, expertos vaticinan un mayor aislamiento
Entre la treintena de líderes de países que figuraron en la lista de invitados por Vladimir Putin para participar esta semana en Kazán (Rusia) en el foro de los BRICS estuvo incluido el dictador Nicolás Maduro, quien realizó así su primer viaje al exterior desde la crisis desatada tras las cuestionadas elecciones del 28 julio en Venezuela, informó el diario El Nacional.
Reunidos durante tres días cara a cara con un Putin interesado en impulsar un sistema financiero que le permita a Rusia eludir las sanciones occidentales tras la invasión a Ucrania, así como demostrarle a Occidente que su país no es un paria que esté aislado en todos los frentes, los líderes del grupo BRICS, que suman casi la mitad de la población mundial y 40% del PIB, demostraron que son unos aliados pero con intereses distintos.
Muestra de ello fue la negativa de Brasil de permitir el ingreso de Venezuela al club lo que provocó la furia de un Maduro que, hasta antes del 28 de julio, encontró en su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, un respaldo en distintos niveles.
Siendo la primera cumbre Brics en la que participaron los nuevos miembros del grupo: Irán, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Etiopía, que se sumaron a los fundadores Rusia, China, India y Suráfrica, el encuentro también convocó a los más de 20 países que han mostrado en algún momento interés en formar parte del club y que aceptaron la invitación del Kremlin con la esperanza de ingresar.
Sin embargo, el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, admitió “diferencias” sobre la ampliación, que finalmente quedó fuera de la agenda.
Venezuela quedó por fuera debido al veto que puso Brasil, lo que Caracas consideró un “gesto hostil” y una “agresión” contra los intereses de la nación.
Y si bien Lula no pudo asistir presencialmente a Kazán debido a un accidente doméstico, trascendió que países como Rusia y China eran favorables a la entrada de Venezuela en los BRICS pero respetaron la decisión de Brasil, que, en palabras de Celso Amorim, asesor especial del presidente brasileño, la consideraba “inoportuna”.
La situación generó nuevas fisuras -que esta vez parecen más graves- entre Maduro y Lula, quien sigue cuestionando la victoria del chavismo en las elecciones presidenciales, pues el Consejo Nacional Electoral no mostró las pruebas de ese triunfo, a diferencia de la oposición, que sí digitalizó y reunió más de 24,000 actas de votación que comprueban la victoria de Edmundo González.
Sin duda, la situación pone en un escenario complejo al presidente Petro. “Lula dejó de creer en Maduro”, le aseguró el diario El Tiempo el dirigente opositor en la clandestinidad, Juan Pablo Guanipa.
En ese sentido, creo que la posición del presidente Petro sobre Maduro debe ser mucho más firme, pareciera que él intenta jugar un papel de mediación en el que pueda mantener la confianza de ambas partes, pero quero decirle al presidente Petro que esto no es un problema de un país polarizado, este es un problema de una nación completa que está siendo agredida por un señor dictador como lo es Nicolás Maduro”, insistió Guanipa.
En el actual panorama, expertos consultados por este diario consideran que luego del 10 de enero, si Brasil mantiene su posición, Venezuela quedará más aislada.