Acusan a los tres países de interferir en la campaña y comicios del 5 de noviembre, donde Trump y Harris están empatados
Las elecciones en Estados Unidos son quizás las que mayor repercusión generan en la comunidad internacional. De suma importancia, quién va a estar en la Casa Blanca los próximos cuatro años y cómo va a ser las relaciones bilaterales del resto de países con el nuevo líder de la principal economía mundial, informó el diario español El Periódico.
En especial, en el otro extremo del globo: Rusia, China e Irán, tres de las potencias con unos lazos muy complicados con Washington. Tanto es así, que en Estados Unidos se les ha acusado en numerosas ocasiones de espionaje, propaganda o intentos de ciberataque, y en definitiva, de interferir en la campaña electoral o el desarrollo de los comicios.
Han sido varios los informes que en Estados Unidos han alertado de intentos de interferencias por parte de estas tres naciones en las presidenciales estadunidenses.
Algo que no es novedoso, puesto que en el 2016 (con la victoria de Donald Trump) y en 2020 (con la llegada a la Casa Blanca de Joe Biden) ya se registraron injerencias extranjeras en los comicios.
Los mismos estudios sugieren que, además, el segundo caso podría haber repercutido en el resultado final, mientras que el propio Trump aceptó en el 2018 que el Kremlin interfirió en su triunfo electoral.
Dos altos cargos de la inteligencia estadounidense alertaron a mediados de este mes de octubre de que tanto Moscú como Teherán podrían tratar de alentar protesta violentas tras las elecciones.
En general, los servicios secretos estadunidenses aseguran que Irán y Rusia han aprovechado la creciente polarización en Estados Unidos mediante el uso de la desinformación y la propaganda en Internet.
Pero Pekín tampoco se libra de las acusaciones, puesto que el Centro de Análisis de Amenazas de Microsoft (MTAC) afirma que los ciberataques de influencia extranjera también podrían proceder de China, el principal rival actual y cuya guerra de chips con Washington ha acaparado el incremento de tensión en los últimos años.
Una advertencia que llega después de que en enero, la inteligencia militar rusa intentara “reclutar a un ciudadano estadounidense para organizar actos de protesta”, tal y como indicaron los servicios.
Con respecto a la posibilidad de que Rusia intente interferir, desde la Oficina de Inteligencia Nacional creen que Moscú lo haría avivando protestas similares a las del asalto al Capitolio en el 2021, que serían “más duras” si gana Kamala Harris, tal y como indican medios estadounidenses.
Y es que, por medio de ciberataques e intervenciones de la Inteligencia Artificial, se alerta de que los ciberdelincuentes rusos se centran en atacar la candidata demócrata.
Otro de los focos sobre posibles injerencias recae en Irán, país que ha mostrado su continuo descontento con el candidato republicano en los últimos años. Durante su anterior mandato, Trump abandonó el acuerdo nuclear con Teherán y ordenó el asesinato de Qasem Soleimani, el comandante de la Fuerza Quds, de la Guardia Revolucionaria iraní.