Actualmente la Oficina de Asuntos Internos conduce una investigación sobre lo sucedido
México está en alerta ante el arribo de una nueva caravana migratoria a Ciudad Juárez, un punto de cruce en la frontera que ese país comparte con Estados Unidos.
La situación actual se complica por la sobrecarga en albergues y servicios de asistencia, lo que genera consternación entre las autoridades y la población local.
Mientras tanto, miles de migrantes esperan una oportunidad para solicitar un asilo o para pasar a territorio estadounidense.
La violencia, pobreza, desastres naturales, conflictos políticos son algunos de los factores que influyen en el aumento del flujo de migrantes hacia la frontera norte. Así lo informó la Organización para las Migrantes (OIM).
A los migrantes les preocupa el desenlace electoral en los Estados Unidos, donde la próxima semana se decidirá quién será el próximo presidente de Estados Unidos. Su suerte ahora depende del triunfo del republicano Donald Trump o de su rival Kamala Harris.
“Si llegaran a expulsar o a deportar masivamente, ya cuando tome posesión el presidente que vaya a quedar, eso de alguna forma sí afectaría a la zona fronteriza, porque no estamos preparados para recibir tal cantidad de personas que pudieran ser deportadas”, expresó Juan Fierro, director de un albergue.
El también pastor de la Iglesia metodista advirtió otro posible panorama, uno donde “muchos de los deportados, todavía van a querer intentar regresar”.
La llegada de una nueva caravana acrecentaría el flujo migratorio que tiene como uno de sus destinos a Ciudad Juárez, en lo que se ha convertido en una sala de espera o purgatorio para miles de migrantes que esperan cruzar a Estados Unidos. Estos esperan para saber cuál será la decisión de los votantes en aquel país, lo que podría aligerar o mantener las políticas que dificultan el acceso para aquellos que marcha desde el sur del continente.