Sucumbió a las presiones y ha presentado su dimisión por no prevenir los abusos sexuales llevados a cabo durante décadas
El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder espiritual de la Iglesia Anglicana en todo el mundo, presentó este martes su dimisión, expresando un “profundo sentimiento de vergüenza”, por el fracaso a la hora de proteger a las víctimas de los abusos del peor pedófilo de la historia reciente que ha pasado por la institución, informó el diario español La Razón.
Aunque tenía previsto jubilarse en enero de 2026, su posición se había convertido en insostenible desde que un informe independiente revelara la semana pasada su falta de acción a la hora de investigar las acusaciones contra John Smyth, un poderoso abogado que dirigía campamentos juveniles cristianos y que, durante décadas, abusó tanto psicológica como sexualmente de al menos 115 menores en tres países diferentes.
Entre otros, controlaba y golpeaba a sus víctimas, infligiéndoles castigos como 800 latigazos. Smyth murió a los 77 años en Ciudad del Cabo en el 2018 mientras estaba siendo investigado por la policía de Hampshire y nunca fue llevado ante la justicia.
Más de 14,000 personas habían firmado una petición por internet, coordinada por miembros del sínodo o asamblea de la comunión mayoritaria en el Reino Unido, donde se pedía la renuncia de Welby de manera inmediata.
Tras las presiones, finalmente presentó su dimisión ante Carlos III, que aparte de jefe de Estado es también máxima autoridad de la Iglesia de Inglaterra.
En el comunicado de su renuncia defiende que cuando el letrado fue denunciado en 2013 ante la policía, “creyó equivocadamente que se llegaría a una resolución apropiada”. “Es mi deber honrar mis responsabilidades constitucionales y eclesiásticas”, señaló.
El informe encargado por el equipo nacional de protección de la Iglesia de Inglaterra y escrito por Keith Makin, exdirector de servicios sociales, reveló que el abuso “prolífico, brutal y horrible” por parte del responsable de los campamentos fue encubierto por “poderosos clérigos evangélicos”.
Welby, que trabajó en los campos de Iwerne como orador y “oficial de dormitorio” a finales de los años 70 y principios de los 80 antes de ser ordenado, fue “advertido sobre John Smyth” por un sacerdote en 1981, quien le dijo que “no era un buen hombre”.
El informe de Makin, señala que Welby y Smyth estuvieron juntos en varios campamentos de vacaciones cristianos organizados por el Iwerne Trust, entre el verano de 1975 y agosto de 1979, compartiendo hasta en dos veranos el mismo cuarto.
El informe también dice que Welby recuerda haber “hecho donaciones” a Smyth para ayudar con su ministerio en Zimbabue, “pero no recuerda los detalles, el momento ni las cantidades”.
El nombramiento de un nuevo arzobispo puede llevar varios meses. Welby dijo que “se decidirán los plazos exactos” sobre cuándo dejará su cargo. Dentro del proceso, se debe convocar un comité secreto llamado Comisión de Nominaciones de la Corona para crear una lista de candidatos, realizar consultas y entrevistar a los candidatos.
Antes de la renuncia del arzobispo, cuando se preguntó al “premier” Keir Starmer sobre la situación, aseguró que, por lo que sabía de las acusaciones, “son claramente horribles en relación con este caso en particular, tanto en su escala como en su contenido, y mis pensamientos, como en todos estos temas, están con las víctimas aquí, a quienes obviamente se les ha fallado muchísimo”.
Es un asunto que, al fin y al cabo, le compete a la Iglesia, pero no voy a eludir el hecho de decir que estas acusaciones son horribles y que mis pensamientos están con las víctimas en relación con esto y creo que eso es muy importante”, matizó.