Dos escenarios: Una reanudación de la política de máxima presión o una estrategia más pragmática enfocada en los ámbitos económico y comercial
Venezuela y Estados Unidos cumplirán seis años sin relaciones diplomáticas el próximo enero, cuando los protagonistas de la crisis bilateral del 2019, el dictador Nicolás Maduro y el presidente electo Donald Trump, tienen previsto jurar como presidentes, sin certeza de que el republicano reconozca al chavista tras su cuestionada reelección en julio, informó la agencia EFE.
Tras la victoria de Trump, el dictador venezolano expresó que, aunque no les “fue bien” en el primer gobierno del empresario estadunidense -quien no lo reconocía entonces-, espera que este sea un “nuevo comienzo” para que ambos países apuesten a una relación “ganar-ganar”.
El exembajador Óscar Hernández Bernalette, excónsul de Venezuela en San Francisco y Portland, dijo que será “clave” lo que Trump decida respecto a si dar continuidad, o no, al rechazo de la administración del demócrata Joe Biden al proclamado triunfo de Maduro, señalado como fraudulento por el antichavismo mayoritario.
Hay “muchas expectativas” al respecto, según el diplomático, quien señaló que esas se centran, básicamente, en dos escenarios: Una reanudación de la política de máxima presión o una estrategia más pragmática enfocada en los ámbitos económico y comercial.
A su juicio, el republicano es impredecible, por lo que es difícil saber si corresponderá a las declaraciones de Maduro, quien también expresó su disposición a establecer “relaciones positivas” con Estados Unidos.
Caracas y Washington están actualmente en su “peor” momento, tanto en el ámbito político como económico, según Hernández Bernalette, para quien el gran perjudicado es el ciudadano, sobre todo, al haber en Estados Unidos unos 600,000 venezolanos, lo que obliga a “hacer mayores esfuerzos por garantizar una relación estable”.
Señaló que, en los años 80, cuando fue cónsul en Estados Unidos, el país caribeño tenía 13 consulados en esa nación, donde había entonces unos 10,000 venezolanos, en su mayoría estudiantes. En la actualidad, cuando los que quedan permanecen cerrados, considera que debería haber, al menos 40, en vista de la población migrante.
Eso demuestra la necesidad de mantener una relación que sea cónsona, productiva y respetuosa, porque estás tratando con un país que, además, es un gran receptor de tus nacionales”, expresó.
En todo caso, añadió el diplomático, “nadie puede decir exactamente qué va a hacer” Trump cuando vuelva al Despacho Oval, por lo que, de momento, un nuevo comienzo es incierto.