El hallazgo parece sugerir la presencia de selvas en el Polo Sur hace millones de años
¿Una selva tropical en la Antártida? Los científicos creen que fue posible hace millones de años, cuando los dinosaurios caminaban por la Tierra.
Según una información publicada en Antarctic Research, el Polo Sur albergó, en una época que se sitúa entre 83 y 92 millones de años, una selva tropical, con árboles productores de resina, plantas, flores, insectos y helechos, informó Infobae.
Era una región calurosa y con abundante vegetación. O por lo menos esto es lo que imaginan un equipo de científicos de Alemania y el Reino Unido, quienes encontraron pequeños fragmentos de ámbar en la Antártida.
A través de este hallazgo, los investigadores comenzaron a reconstruir uno de los ecosistemas más antiguos y enigmáticos.
Hace millones de años, durante el periodo Cretácico, el clima pudo haber sido radicalmente diferente en lo que actualmente es el continente más frío de la Tierra.
La imagen que suponen los científicos es la de una tierra con clima cálido y húmedo, parecida a las selvas que actualmente se encuentran en Nueva Zelanda o Patagonia.
Este ámbito tropical pudo haber albergado coníferas, árboles capaces de producir resina.
Además de la resina, los investigadores hallaron fósiles de raíces, polen y esporas. Con estas piezas han armado el rompecabezas de un hábitat ya extinto.
En él, los árboles habrán tenido que adaptarse a un lugar donde imperaban condiciones únicas, con meses de oscuridad durante los inviernos polares.
La vegetación tuvo que haber sido tan resistente como las coníferas, que en el Polar Sur sobrevivieron durante el Cretácico, dada su capacidad de adaptarse a condiciones extremas. Esto les habría permitido sobrevivir hasta la primavera.
En esta región, los árboles producían un flujo de resina al abrirse sus cortezas. Esto las resguardaba de insectos o incendios.
La resina se preservó en forma de ámbar, al quedar sepultada bajo sedimentos y agua. Ahora, a través de estos fragmentos los científicos pueden observar los procesos naturales que definieron la flora antártica en aquel entonces.
Es un clima que contrasta con la gelidez de hoy. Durante esa época, la Antártida gozaba de temperaturas cálidas que permitieron el crecimiento de vegetación abundante y la proliferación de incendios. Es más, este periodo es considerado como una de las fases más cálidas de la Tierra, lo que ahora parecen confirmar las investigaciones en la Antártida.