Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, a partir del 20 de enero próximo, Iberoamérica, debe fortalecer su posición en el espacio internacional
“Estamos viviendo momentos duros para Iberoamérica, y tenemos la responsabilidad, como jefes de Estado, de sacar adelante la región”. El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, abordó la sesión plenaria de la XXIX Cumbre Iberoamericana con una tentativa de diluir por igual las responsabilidades del momento de declive político de ese espacio entre todos sus partícipes, informó el diario español El Periódico.
De los 22 jefes de Estado y de Gobierno convocados en Cuenca, a 360 kilómetros de Quito, solo lo escucharon Felipe VI, en nombre de España, y los presidentes de Portugal y Andorra, Marcelo Rebelo de Sousa y Xavier Espot Zamora, respectivamente. Los otros asientos estaban vacíos y no en vano la cita ecuatoriana comenzó a llamarse la “cumbre de las ausencias” al más alto nivel.
Algunos mandatarios priorizaron asistir a la reunión del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), en Perú, que ha coincidido en el calendario con la cita ecuatoriana.
Brasil, en tanto, prepara la cumbre del G20 que se inaugura el lunes en Río de Janeiro.
A la vez, las crisis bilaterales que atraviesa Venezuela con Colombia y Brasil tras los controvertidos comicios del pasado 28 de julio que le dieron oficialmente la victoria al dictador Nicolás Maduro han contribuido a adelgazar a un mínimo sin precedentes la presencia de estadistas.
La reunión se ha realizado bajo el lema de ‘Innovación, inclusión y sostenibilidad’. El mandatario anfitrión llamó a abordar un problema que es medular en Ecuador como el paro juvenil y la capacidad que tiene el crimen para cooptarlos.
Hijo de uno de los hombres más ricos de ese país, el magnate bananero Álvaro Noboa, el joven presidente, de 36 años, consideró que es necesario abrir “caminos hacia un crecimiento económico equitativo” de la región.
Elogió en ese sentido la aprobación del Compromiso por la Empleabilidad durante el XV Encuentro Empresarial Iberoamericano, un acuerdo para fomentar la colaboración con el sector privado.
Felipe VI hizo un llamamiento puntual, frente a la evidencia de que faltaban tantos interlocutores. A pesar de las “diferencias” que puedan surgir entre los países iberoamericanos, “es mucho más lo que nos une que lo que nos separa”.
El Rey, quien antes había mantenido un encuentro bilateral con Noboa, indicó que las discrepancias que puedan surgir son “naturales en una relación rica y prolongada”. Sin embargo, consideró que hay que “saber superar” la falta de consensos.
En un mundo que experimentará transformaciones políticas con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, a partir del 20 de enero próximo, Iberoamérica, debe fortalecer su posición en el espacio internacional.
España ha asumido este viernes la denominada Secretaría ‘pro tempore’ de la Cumbre y organizará su edición el 2026.