Las controvertidas fiestas que tienen a Puff Daddy tras las rejas tenían un alto costo monetario
Sean “Diddy” Combs, el rapero acusado por una serie de delitos sexuales, permanece en prisión, a la espera de su juicio que comenzará en mayo del 2025.
Mientras tanto, fuera de las rejas, cada vez se suman nuevas denuncias y testimonios sobre los supuestos crímenes que cometió P. Diddy durante décadas, informó el diario chileno La Tercera.
La mayoría de los hechos habrían sucedido en los freakoffs, las fiestas “oscuras” y privadas del productor musical, donde -según la demanda interpuesta por el gobierno de Estados Unidos- se consumía todo tipo de drogas y se obligaba a los participantes a tener relaciones sexuales forzadas.
En este contexto, esta última semana se dieron a conocer por la prensa estadunidense una serie de nuevas revelaciones sobre lo que habría sucedido dentro de estas controvertidas “reuniones”.
Una de las últimas revelaciones es la que dio a conocer Tanea Wallace, una aspirante a cantante que apareció en un nuevo documental del medio de farándula estadunidense TMZ, bautizado como The Downfall of Diddy: Inside the Freak Offs. Según relató la supuesta testigo, fue invitada a la fiesta por un príncipe saudí y sabía, al momento de llegar a la mansión de
Sean Combs, que se trataba de una fiesta para adultos. Sin embargo, grande fue su sorpresa cuando vio lo que inicialmente pensó que eran “personas pequeñas”.
“¿Son enanos?”, preguntó cuándo vio a esas personas de tamaño pequeño, rodeados por varios adultos. “La gente estaba encima de ellos, como si estuvieran tratando de ocultar lo que estaban haciendo”.
“Estaban todos apiñados, pero no, eran ‘personas pequeñas’ vestidas como Barbies de Harajuku, con lápiz labial rojo, luciendo muy sexys”.
Harajuku es un estilo de moda japonés que suele estar asociado a los adolescentes.
En el documental, le preguntaron directamente si es que se trataba de menores de edad y ella respondió que no quería meterse en problemas, pero dijo que “es una pena”, que “no se suponía que estuvieran allí” y que “no quiero decir demasiado. Usen el sentido común”.
Pero eso fue lo poco que pudo ver. En su relato a TMZ, dijo que no pudo dilucidar qué es lo que exactamente estaban haciendo los adultos con los menores.
Lo que sí recuerda haber visto bien fue grupos de personas teniendo relaciones sexuales en la fiesta, incluso más allá de las siete de la mañana. Muchos de ellos parecían estar “drogados o borrachos”.
Las controvertidas fiestas que tienen a Puff Daddy tras las rejas tenían un alto costo monetario.
Un organizador de estas fiestas que fue contratado por Diddy conversó con The New York Post en anonimato y dijo que el rapero no escatimaba en los gastos. Aunque eran fiestas “ocultas”, Combs se encargaba de que siguieran siendo lujosas.
Tanto así que en una ocasión gastó $500,000 en montar cientos de espejos en una sola habitación para tener “una mejor vista” de los actos que se realizaban en el lugar.
Estos elementos fueron posicionados en las paredes y techos: “Donde quiera que miraras, te veías reflejado una y otra vez. Puedes imaginarte cómo sería cuando la gente está desnuda y practicando sexo en el suelo, en los sofás, donde sea”, mencionó la fuente al medio.
El mismo precio de los espejos era lo que supuestamente costaba cada una de las reuniones que organizaba el rapero. “Esto es tanto para la parte mainstream como para la fiesta sexual posterior”.
“Buena comida, alcohol caro, bailarines, acróbatas, modelos. A veces teníamos animales vivos, a veces diferentes artistas. Todo sumaba, pero a él no le importaba. Definitivamente, quería transmitir la sensación de que dondequiera que miraras habría sexo. Era un desenfreno de pared a pared”.
Según estableció El Post, lograron verificar que la fuente fue contratada por Combs a principios y mediados de la década de los 2000 y que sus funciones se limitaban a organizar la comida, el alcohol, el entretenimiento y la decoración.