Los hallazgos apuntan a un supuesto complot por parte de la policía y agencias federales
Nueva evidencia descubierta por la familia de Malcom X, uno de los activistas históricos por los derechos de los afroestadounidenses, apunta a un posible complot que habría involucrado a la policía de Nueva York, al FBI y a la CIA en su asesinato, en 1965.
Esta información es el sustento de una demanda por 100 millones de dólares contra estas entidades, presentada recientemente por las hijas de Malcom X, informó el medio Deutsche Welle.
En sus acusaciones, Ilyasah Shabazz, portavoz de la familia e hija de Malcom X, se refirió a un posible encubrimiento y complicidad en la muerte de su padre, de acuerdo con nueva evidencia.
De acuerdo con Shabazz, esto “privó al líder de los derechos civiles y humanos y a su familia de justicia”. “Nos damos cuenta de que la justicia se ha demorado en este asunto. Las huellas del Gobierno están por todas partes en el asesinato de Malcom X y, finalmente, creemos que tenemos las pruebas para demostrarlo”, indicó Ben Cump, abogado de la familia del desaparecido líder afroestadounidense.
Las nuevas evidencias han aparecido a cuentagotas durante los últimos tres años. “Cada día, cada semana”, según el jurista.
Con 39 años de edad, Malcom X fue baleado en el salón de baile Audubon, en la comunidad de Washington Heigths, en medio de un discurso. Al lado estaba su esposa, que estaba embarazada, y sus dos hijas.
“Mi madre estaba embarazada cuando vino aquí a ver hablar a su marido, alguien a quien admiraba totalmente, y a presenciar este horrible asesinato”, dijo Shabazz en el mismo lugar donde falleció su padre.
La demanda plantea la hipótesis de que el rol del gobierno en el asesinato fue invisibilizado por la Fiscalía, dado que las fuerzas del orden y los asesinos estuvieron en contubernio, participando en una especie de alianza “corrupta, ilegal e inconstitucional”. Esto propició que estos últimos no fueran “controlados durante muchos años”.
Estas aseveraciones son confirmados por la cadena ABC, que señaló que el asesinato fue “activamente ocultado, tolerado, protegido y facilitado por agentes del gobierno”.
De acuerdo con la demanda, la Policía de Nueva York habría allanado el camino para el asesinato, al arrestar al equipo de seguridad del activista en los días previos al asesinato. Además, procedió a retirar a sus oficiales en el interior del salón donde se registró el hecho.
Por su muerte, fueron condenadas tres personas. Dos de ellas fueron liberadas después, luego de que las pruebas fueron declaradas como débiles tras una revisión del caso.