Los cuestionamientos sobre el uso indebido de Pegasus, que infiltraba teléfonos sin ser detectado, ya llenaban los titulares de México y Panamá
Casi en el mismo momento que el diario El Tiempo reveló que Estados Unidos financió la compra del software Pegasus para Colombia, en la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) se estaba librando una guerra interna que terminó con la salida de varios poderosos funcionarios, informó el diario El Colombiano.
Uno de los motivos de la purga, que viene desde hace meses, es la molestia por las distintas versiones sobre la adquisición de ese software.
Pero va más allá. La “guerra intestina”, protagonizada por varios exM-19 y cercanos al presidente Gustavo Petro, llega hasta la Casa de Nariño y la Unidad Nacional de Protección (UNP).
“Inteligencia colombiana ya sabía que Estados Unidos había financiado Pegasus antes de la alocución presidencial del 4 de septiembre”, le dijo a El Colombiano una funcionaria bajo la condición de no ser citada con su nombre.
La fuente se refiere al día en que el mandatario colombiano dio a conocer un documento confidencial enviado por la inteligencia financiera israelí en el que se revelaba una transacción de $11 millones supuestamente bajo la administración del expresidente Iván Duque.
Semanas después, funcionarios de Estados Unidos le revelaron a ese medio que su país había financiado el software con dinero lícito para perseguir narcotraficantes y que ni Duque ni Petro sabían.
Sin embargo, llama la atención que una operación y financiación de ese tamaño, con aliados estratégicos como Estados Unidos o Israel, de donde proviene el software, no fuera conocida por ambos mandatarios.
Además, los cuestionamientos sobre el uso indebido de Pegasus, que infiltraba teléfonos sin ser detectado, ya llenaban los titulares de México y Panamá desde el 2018.
De hecho, en el 2021, el presidente Joe Biden decidió incluir en una lista negra a NSO Group, la creadora del software.
En el caso de Petro, dicen las fuentes, el hecho de que aparentemente no supiera que Estados Unidos había financiado el software para el momento de la alocución tiene que ver con una especie de “burbuja” creada por varios funcionarios que “evitan ocasionarle problemas al presidente”.
Pero ese sería apenas un síntoma de lo que está sucediendo en los organismos de inteligencia del Estado.
Una de las batallas más complejas es en la Dirección Nacional de Inteligencia al mando del abogado Jorge Lemus Montañez, un exM-19 que cuenta con la confianza y apoyo de otro poderoso funcionario del gobierno, Augusto Rodríguez, director de la UNP, aliado de Petro desde hace tres décadas.
Un par de semanas después de la alocución presidencial sobre Pegasus, Lemus acudió a un debate de control político en la Comisión Segunda del Senado.
A su salida, le dijo a los medios versiones contradictorias sobre la adquisición del software pues aseguró que “no hay indicio de la compra, no hay rastro”, pero al mismo tiempo dijo que “el presidente tiene indicios muy importantes sobre Pegasus”.
Sin embargo, el bloque de los exM-19 no está tan unificado, según conoció este medio.
En esa última purga, con las revelaciones sobre Pegasus como telón de fondo, salieron el exdirector de Inteligencia, Mauricio Ospina, Zamira González, asesora jurídica, quien venía de ser la mano derecha del Carlos Ramón G. en el Dapre, y el director de archivo.
Por eso, en la reunión de funcionarios estadunidenses en Casa de Nariño del pasado 7 de noviembre no asistió nadie de la DNI, según contó El Tiempo. En esa reunión, donde buscaban contarle al presidente Petro que Estados Unidos compró el software Pegasus, tampoco fue la fiscal Luz Adriana Camargo, de quien recientemente se ha cuestionado su independencia frente al Ejecutivo.
Camargo dijo a finales de octubre que “la operación por $11 millones existió” y que Colombia sí adquirió el software, pero que no se sabe quién lo tiene. Una versión contraria a la de Estados Unidos.