Insurgentes -respaldados por Turquía- se anotaban el sábado el éxito de hacerse con Alepo que no escapaba al control de Damasco desde finales del 2016
Tras seis días de fulgurante e inesperada ofensiva, continúa el avance rebelde -con las milicias de Hayat Tahrir al Sham (HTS), herederas del yihadista Frente Al Nusra, a la cabeza- en el noroeste sirio en espera de la contraofensiva del ejército regular y su más sólido socio, la Federación Rusa, informó el diario español La Razón.
Los insurgentes -que cuentan con el apoyo de Turquía- se anotaban el sábado el éxito de hacerse con la segunda ciudad en importancia del país, Alepo -que no escapaba al control de Damasco desde finales del 2016, cuando, gracias al apoyo de Moscú, el régimen fue capaz de recuperarla.
El dictador sirio, Bachar al Asad, rompió este lunes su silencio asegurando que la ofensiva rebelde tiene como objetivo “redibujar” el mapa de la zona para atender a los “intereses” y “objetivos” de Estados Unidos y otras potencias occidentales.
Ya el sábado el Ministerio de Defensa sirio admitía el avance de las milicias islamistas y reconocía el repliegue de las tropas del ejército regular y otras autoridades de la provincia de Alepo.
Asimismo, tras una llamada telefónica con su homólogo iraní, Masud Pezeshkian, el autócrata sirio avisaba que la “escalada terrorista” trasciende a Siria y busca “dividir” y “fragmentar” a toda la zona, si bien ha insistido en el compromiso de su régimen para “eliminar el terrorismo” en todos los lugares del país, según un comunicado de la Presidencia.
La respuesta de la aviación siria y sus aliados rusos no se ha hecho esperar. Durante el fin de semana fueron varios los bombardeos contra las provincias de Alepo e Idlib. Los ataques aéreos contra posiciones rebeldes se han intensificado en las últimas horas. Tras casi una semana de enfrentamientos terrestres y aéreos entre el ejército sirio -y la aviación rusa- y las distintas facciones islamistas, el balance de muertos se elevaba hasta los 514, entre ellos algo menos de un centenar de civiles.
Por su parte, uno de los portavoces de la oposición siria en el exilio, Hadi al-Bahri, aseguró este lunes que los rebeldes seguirán combatiendo hasta que el régimen de Asad no se avenga a abrir un proceso de transición política.
Ante la duda del grado de apoyo militar al régimen sirio tanto Rusia como Irán, sus respectivos presidentes mostraron este lunes su apoyo público “incondicional” a Bachar al Asad.
Desde Moscú se aseveró que la “agresión” rebelde tiene como fin “perjudicar la soberanía y la estabilidad” de Siria, por lo que ha dejado claro que Moscú seguirá del lado de las “autoridades legítimas” para “restaurar el orden constitucional y la integridad territorial”.
Centenares de combatientes de milicias apoyadas por Irán -Badr y Nujabaa principalmente- han cruzado la frontera en las últimas fechas en apoyo de las tropas del régimen sirio. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas celebrará hoy una reunión de urgencia para abordar la situación en Siria.
Desde la partición oficiosa del país en 2020, las fuerzas del régimen controlan en torno al 65 por ciento de la superficie del país, con el resto dividido en dos zonas; una dominada por las Fuerzas Democráticas Sirias, que cuentan con el respaldo de Estados Unidos, y otra por fuerzas islamistas, a la cabeza Hayat Tahrir al Sham, apoyadas por Turquía.
Con su apoyo a la ofensiva insurgente, Erdogan, que la considera una respuesta a una serie de ataques de las fuerzas gubernamentales sirias sobre Idlib en aparente ruptura del statu quo, podría estar jugando sus bazas ante una futura negociación sobre el futuro de Siria en el regreso de Trump a la Casa Blanca.