Preguntan a un grupo de cardiólogas qué puedes hacer para mantener tu corazón en buenas condiciones por muchos años
Si te encuentras entre los millones de estadunidenses que se propusieron en Año Nuevo perder peso, hacer ejercicio o comer mejor, aquí tienes una razón más para cumplirlo: Hacerlo puede proteger tu corazón, informó el diario The New York Times.
Las enfermedades cardiacas son la principal causa de muerte en Estados Unidos. Y hábitos como fumar, una dieta inadecuada y un estilo de vida sedentario pueden sentar las bases de la enfermedad mucho antes de que aparezcan los síntomas.
Esos hábitos “no te matarán al día siguiente”, pero pueden dictar la calidad de las últimas décadas de tu vida, dijo Kyla Lara-Breitinger, cardióloga y profesora adjunta de medicina en la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota.
Los médicos pueden utilizar tus niveles de presión arterial, colesterol y azúcar en sangre para predecir tu riesgo de enfermedad cardiaca y sugerirte posibles tratamientos.
Así que empieza por visitar a tu médico de atención primaria para que revise tus cifras, dijo Sadiya Khan, cardióloga preventiva de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.
Fumar es responsable de aproximadamente un tercio de todas las muertes relacionadas con enfermedades cardiacas, según la Asociación Americana del Corazón.
Fumar provoca inflamación, aumenta la acumulación de placa y hace más probable que esta se rompa y forme coágulos de sangre, lo que puede provocar un infarto de miocardio o un derrame cerebral. Los cigarrillos electrónicos y los vaporizadores también contienen nicotina y otras sustancias perjudiciales para la salud del corazón.
El principal consejo de Khan a sus pacientes, después de dejar de fumar, es que comprueben cuántos tramos de escalera pueden subir sin cansarse, y que empiecen a subir más.
Hacer ejercicio con regularidad fortalece el músculo cardiaco y hace que el organismo sea más eficaz a la hora de extraer oxígeno de la sangre. También disminuye la tensión arterial y los niveles de glucosa, y ayuda a reducir el exceso de grasa corporal que puede provocar resistencia a la insulina y otros trastornos metabólicos.
Si trabajas desde casa, por ejemplo, intenta hacer pausas entre las reuniones para hacer zancadas o subir corriendo un tramo de escaleras.
Los médicos recomiendan adoptar una dieta basada en plantas, con muchos cereales integrales, proteínas magras y frutas y verduras frescas, que suelen encontrarse en los pasillos exteriores del supermercado.
Hacen hincapié en las grasas insaturadas, como las del aceite de oliva y los frutos secos, en lugar de las grasas saturadas que suelen encontrarse en alimentos como la carne roja. Y ambas dietas pueden ayudar a reducir tu LDL, o colesterol de lipoproteínas de baja densidad, el tipo de colesterol “malo” que puede provocar la formación de placas en las arterias.
Dormir de siete a nueve horas diarias, y que sea un sueño de calidad, es esencial para una buena salud cardiaca y un mejor metabolismo, dijo Lara-Breitinger.
La privación de sueño aumenta tus hormonas del estrés, favoreciendo la inflamación que puede provocar la acumulación de placa en las arterias. Puede alterar tu ritmo circadiano y afectar a tu metabolismo, provocando aumento de peso, resistencia a la insulina y, con el tiempo, diabetes de tipo 2, dijo Lara-Breitinger.
“En realidad, el alcohol es una toxina para el corazón”, dijo Haythe. Anima a sus pacientes a abstenerse o a limitar considerablemente la ingesta de alcohol, relegando su consumo a una sola noche a la semana, por ejemplo.
Las mujeres tienen muchos factores de riesgo que los hombres no tienen, dijo. La menopausia precoz (antes de los 40 años) y el tratamiento del cáncer de mama pueden aumentar las probabilidades de cardiopatía, al igual que las enfermedades autoinmunes como el lupus y la artritis reumatoide, que afectan desproporcionadamente a las mujeres.
Las afecciones relacionadas con el embarazo también afectan al corazón. Durante el embarazo, el volumen sanguíneo aumenta y el corazón tiene que bombear más fuerte y más deprisa de lo normal.