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Ejército sudanés ejecuta a 1,400 civiles tras recuperar la ciudad de Wad Madani

Ejército sudanés ejecuta a 1,400 civiles tras recuperar la ciudad de Wad Madani
Miembros del ejército sudanés celebran la victoria en Wad Madani. Foto: Europa Press.

Los asesinados, entre quienes se cuentan mujeres, niños y civiles sudsudaneses, fueron acusados de colaborar con los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido

La guerra de Sudán puede interpretarse como un fracaso. La humanidad relegada a un tercer plano en una nación cuatro veces más grande que Italia y cuya historia reciente se retuerce víctima de tres guerras civiles. La tercera sigue hoy en curso, tras haber comenzado en abril del 2023, informó el diario español La Razón.

Apenas si sale en el televisor, pero conviene recordar que transitan nueve millones de desplazados internos por el país y que más de dos millones de refugiados han huido a naciones vecinas, haciendo que un 22% de la población sudanesa haya tenido que abandonar sus hogares en menos de dos años.

Naciones Unidas estipuló que 730,000 niños sufrieron desnutrición aguda en Sudán en el 2024 y que la mitad de su población vive en una situación de hambre aguda.

Hay más. Uno de los bandos enfrentados, el grupo paramilitar conocido como las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) ha reactivado el genocidio de Darfur junto con sus aliados, las milicias árabes janjaweed, en una serie de masacres que han llevado a que Estados Unidos sancionada recientemente a su líder, Mohamed Dagalo, por su participación en crímenes contra la humanidad.

 

Imagen ilustrativa.

 

Los civiles asesinados en áreas remotas se cuentan por miles, sin que existan cifras fiables a las que acudir y volviendo sus muertes algo abstracto, una probabilidad, un número que no existe.

Según un estudio publicado el pasado mes de noviembre por el London School of Hygiene and Tropical Medicine’s Sudan Research Group, solo en el estado de Jartum han muerto más de 61,000 personas desde que comenzaron las hostilidades.

La última muestra de barbarie ha ocurrido en la ciudad de Wad Madani, al sur del país, que fue recuperada por las FAS el pasado sábado tras un mes de intensos combates. La localidad llevaba en manos de las FAR desde diciembre del 2023 y se considera un enclave estratégico de vital importancia para controlar los accesos a los valles del Nilo en el centro-sur del país, así y como las entradas a Sudán del Sur y Etiopía.

Fue una victoria celebrada por muchos. Pero este viernes se conoció que 1,400 personas han sido asesinadas en una campaña de represalia orquestada por las FAS, donde las víctimas se tratan de civiles acusados de colaborar con el bando enemigo. Ejecuciones sumarias, fosas comunes en las que los cadáveres aparecen amontonados, soldados sudaneses posando de una forma victoriosa y repugnante. Imágenes para la posteridad.

Fuentes locales aseguran que las milicias asociadas a las FAS atacaron aldeas cercanas a Wad Madani, “degollando a mujeres y a niños” y “arrasando pueblos enteros en los suburbios” de la ciudad. Es difícil negar estas informaciones cuando circulan en las redes múltiples vídeos que sirven de prueba a las acusaciones.

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