El portavoz de la Defensa Civil dijo que al menos 73 personas murieron en bombardeos israelíes desde que se anunció el acuerdo para un alto el fuego
La noticia de un acuerdo para un cese el fuego generó júbilo en Gaza, pero este sábado los habitantes de este asolado territorio palestino se despertaron y constataron los estragos de los continuos bombardeos israelíes, con columnas de humo sobre los sitios atacados, escombros y cadáveres amortajados, informaron medios de prensa internacional.
El portavoz de la Defensa Civil, Mahmud Basal, dijo que al menos 73 personas murieron en bombardeos israelíes desde que se anunció el acuerdo para un alto el fuego. De los muertos, 20 eran niños y 25, mujeres. Además, más de 200 personas resultaron heridas.
Al amanecer, los habitantes de la zona comprobaban los estragos y apartaban escombros de un edificio en ruinas, del que no quedaba más que un amasijo de trozos de hormigón, barras de refuerzo y enseres personales desperdigados.
Ese panorama, de edificios con la fachada destruida y habitaciones llenas de un espeso polvo gris, se ha vuelto tristemente habitual en todo el territorio palestino asediado desde que empezó la guerra, en octubre del 2023, que además obligó a la mayoría de los 2.4 millones de habitantes de la Franja a desplazarse por lo menos una vez.
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En el hospital Naser de Jan Yunis, el principal centro médico del sur de Gaza, periodistas vieron rastros de sangre en las camillas metálicas de la morgue, que el personal limpiaba con afán.
En la otra punta del territorio, en la Ciudad de Gaza, el hospital Al Ahli recibió decenas de cadáveres durante la noche, envueltos en mantas de las que sobresalían, a veces, los pies desnudos de algún niño.
Antes de que lo enterraran, una mujer acariciaba la cabeza de un fallecido, ya amortajado, totalmente abstraída en medio del vaivén de ambulancias. A su lado, un hombre rezaba en voz baja, con la mano puesta sobre el pecho del difunto.
“Después de que anunciaran el alto al fuego, la gente estaba contenta, alegre, pero atacaron un edificio de cinco pisos, con más de 50 personas dentro”, contó Ibrahim Abu al Rish, un conductor de ambulancias de la Defensa Civil.
Con el flash de sus celulares encendido, rescatistas y vecinos rebuscaron entre los escombros hasta altas horas de la noche, en medio de una oscuridad total por la falta de electricidad, un problema que se arrastra desde hace meses.
“Los bombardeos continúan, apuntando a una casa tras otra”, afirmó Al Rish.
Pero, de momento, nadie se puede sentir seguro en Gaza, subraya Médicos Sin Fronteras (MSF).
“Anoche, hubo mucha alegría durante 20 minutos, y luego fue una noche muy sangrienta”, dijo Amande Bazerolle, coordinadora de emergencias para MSF en la Franja. Mientras hablaba, se oían los tiros de obuses de fondo.
Tras más de 15 meses de una guerra devastadora, el acuerdo anunciado el miércoles prevé la liberación de 33 rehenes israelíes, a cambio de un millar de prisioneros palestinos, durante una primera fase a partir del domingo. Además, en esa etapa también debería aumentar la ayuda humanitaria.