“Somos fuertes, estamos unidos y Europa no va a esconderse. Será un socio constructivo y seguro de sí mismo. Sobre esta base, tendremos una buena cooperación”, señaló Scholz
El presidente francés, Emmanuel Macron y el canciller alemán, Olaf Scholz, insistieron este miércoles en París en la unidad europea ante la nueva Administración de Donald Trump, con la que tienen intención de seguir colaborando, pero desde la defensa de sus propios intereses, informó la agencia EFE.
“Nuestra posición es muy clara. Europa es un vasto espacio económico de unos 450 millones de personas. Somos fuertes, estamos unidos y Europa no va a esconderse. Será un socio constructivo y seguro de sí mismo.
Sobre esta base, tendremos una buena cooperación”, señaló Scholz en París al comienzo de su encuentro con Macron.
El canciller alemán se refería así al “desafío” que considera que plantea la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos, un país con el que recordó que los europeos están unidos por “una larga amistad”.
En cuanto a los reproches del nuevo inquilino de la Casa Blanca de que los europeos no dedican suficientes esfuerzos a su propia seguridad, Scholz consideró que estos últimos años se han hecho “no pocas cosas para reforzar juntos el pilar europeo de la OTAN” y el gasto en defensa “han aumentado en casi todos los Estados europeos”, aunque reconoció que se puede ir más lejos.
Intentando dar ahora una imagen de sintonía entre París y Berlín, tras las divergencias estratégicas de los últimos tres años, Macron también se refirió a la llegada de Trump y señaló que en esas circunstancias “corresponde más que nunca a los europeos y por tanto a nuestros dos países cumplir plenamente su papel para consolidar una Europa unida, fuerte y soberana”.
El presidente francés precisó de una Europa que mantenga “los vínculos transatlánticos” pero “que sepa afirmar también sus intereses propios y defenderlos con sus valores y con los instrumentos europeos.
En definitiva, para Macron, “la prioridad de los europeos debe ser todavía más Europa y en primer lugar nuestra competitividad, nuestra prosperidad, nuestra seguridad para reforzar nuestras democracias y preservar nuestro modelo económico y social”.
Aseguró que con Scholz coinciden en “una agenda de competitividad muy potente” que pasa por “una simplificación masiva” a escala europea “lo más amplia posible”.
En esa agenda puso también la defensa urgente de “ciertos sectores críticos”, y en concreto la industria automovilística, la química y la siderurgia; así como la necesidad de invertir y reducir la dependencia europea en otros sectores como la inteligencia artificial, la cuántica, las biotecnologías, la energía, el espacio y la industria militar.
Macron consideró igualmente urgente que se utilicen “todos los instrumentos europeos para garantizar tanto a nuestras empresas como a nuestros agricultores unas condiciones de competencia leal en un entorno cada vez más brutal y desinhibido”, en una velada alusión a las amenazas de aranceles lanzadas por Trump.