Pyongyang está acelerando los preparativos para mandar a Ucrania a una nueva remesa de soldados mientras juega sus cartas con nuevos misiles balísticos o un satélite espía
Tres de cada 10 soldados norcoreanos que luchan en el frente oeste de Ucrania al servicio de Rusia, algo desorientados pero muy voluntariosos, están ya fuera de combate, bien porque han resultado heridos o bien porque han perdido la vida. Pero la guerra aprieta y no se puede perder un solo milímetro, informó el diario español La Razón.
Moscú necesita urgentemente refuerzos. Y el dictador de Corea del Norte, Kim Jong-Un, se los va a dar.
Según una información revelada por el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur, Pyongyang está acelerando los preparativos para el despliegue adicional de sus tropas en Rusia mientras continúa impulsando posibles lanzamientos de un misil balístico intercontinental.
Según la inteligencia surcoreana, al menos 300 soldados de Corea del Norte han perdido la vida y otros 2,700 han resultado heridos. En total, se calcula que hay cerca de 11.000 soldados norcoreanas en el frente, fruto del acuerdo de colaboración mutua firmado recientemente por Putin y Kim Jong-Un. A estos se añaden, además, los soldados capturados por las fuerzas ucranianas.
La eficacia de estos soldados ha sido cuestionada en muchas ocasiones, y de forma recurrente cuestionada, pese a que testimonios de soldados ucranianos en primera línea han desmontado la idea de que eran reemplazos de baja cualificación. Más bien, apuntan a que son más eficaces y valientes de lo que se presumía.
“Habiendo pasado alrededor de cuatro meses desde el despliegue de tropas a la guerra entre Rusia y Ucrania, se supone que Corea del Norte está acelerando los preparativos para medidas adicionales y el despliegue en medio de múltiples bajas y la ocurrencia de prisioneros”, dijo el Estado Mayor Conjunto en una evaluación escrita recogida por la prensa de Corea del Sur.