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Migración es la otra cara de la moneda del Canal de Panamá

Migración es la otra cara de la moneda del  Canal de Panamá
Migrantes cruzando el río Tuquesa luego de atravesar la selva del Darién, en Panamá. EFE/ Bienvenido Velasco.

Los chispazos con Colombia le permitieron a la Casa Blanca no solo cantar victoria sino utilizar la fricción como un caso ejemplar que debe disciplinar a la región

“El Canal de Panamá puede esperar, aunque no por mucho tiempo”, informa el diario español El Periódico. “Para otros analistas la cuestión migratoria ha escalado con esta intensidad porque es la cara de una moneda que en el otro lado tiene inscrito Canal de Panamá”, añade.

Recuerda que Trump dijo a la prensa de su país que Estados Unidos “no necesita a América Latina”. Sin embargo, la región sí necesita a ese país. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) consigna que el capital estadounidense mantiene su liderazgo el ranking de Inversión Extranjera Directa al sur del río Bravo.

“Trump sabe por otra parte que no puede dar la espalda en una América Latina donde China se ha convertido en un socio comercial estratégico de sus países más importantes. En la actualidad, México es el principal socio comercial de su vecino y China ocupa el tercer puesto. Los analistas se preguntan si la Casa Blanca está dispuesta a que ese orden se invierta”, se pregunta El Periódico.

 

Fotografía de archivo de  las esclusas de Miraflores en el Canal de Panamá, en Ciudad de Panamá (Panamá). Foto: EFE, Bienvenido Velasco.

La primera crisis entre Trump y la región tuvo otro signo de la previsibilidad: Su política migratoria. Las agresivas deportaciones de colombianos y brasileños provocaron reacciones negativas de distinta magnitud. La crisis con Bogotá ha dado signos de ser superada después de que Gustavo Petro aceptara las condiciones de deportación de Washington. Algunos observadores creen que es la calma que precede a futuras tormentas.

“Nos parece bien que hayan llegado al final a un acuerdo entre el gobierno de Colombia y el gobierno de Estados Unidos. No son buenos ni los aranceles ni otros mecanismos”, celebró no obstante la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, con la mirada puesta en la propia frontera.

“Es bueno porque debe prevalecer el diálogo y el respeto”, dijo, y pareció hablar también de los complejos vínculos que México mantiene con la administración Trump desde que asumió y puso en marcha la ola de arrestos y expulsiones. “Estamos obligados a tener una buena relación”, dijo sobre el modo, en clara alusión al modo en que su gobierno acaba de hacerse cargo de los primeros 4,094 deportados.

Los chispazos con Colombia le permitieron a la Casa Blanca no solo cantar victoria de manera altisonante sino utilizar la fricción como un caso ejemplar que debe disciplinar a la región.

El secretario de Estado, Marco Rubio, se propone constatar de primera mano la recepción del mensaje de Trump con su primera gira regional, en principio prevista para esta semana.

El mensaje del multimillonario republicano llegó a los oídos de quienes quisieron escucharlo sin ambigüedades, entre ellos el presidente salvadoreño Nayib Bukele, un aliado natural de Trump, quien, según la cadena CBS News, negocia un acuerdo con Washington que otorgaría a los migrantes salvadoreños un trato preferencial a cambio de que Bukele acepte recibir un importante flujo de deportados de terceros países, especialmente centroamericanos. “Tercer País Seguro”, se llamaría ese pacto bilateral, de acuerdo con la cadena norteamericana.

En la región existe la certeza de que lo ocurrido en las últimas horas es apenas el comienzo de un problema mayor que puso en evidencia una dispar relación de fuerzas y un escaso margen de autonomía.

A pedido de Petro, cuando todavía estaba inmerso en su batalla verbal con Trump, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, accedió a convocar el próximo jueves a una reunión de ministros de Exteriores de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Sheinbaum, en tanto, analizaba su presencia en la capital hondureña o si hablaría a los presentes de manera virtual. La mandataria mexicana, quien debe a su vez enfrentar la decisión de Trump de designar a los cárteles como organizaciones terroristas, había tomado la decisión de darle nuevos bríos a la CELAC a los efectos de contar con un agrupamiento regional sin la presencia de Washington, como ocurre en la Organización de Estados Americanos (OEA), de la cual participa también Canadá.

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