China financiará un estudio de factibilidad para la construcción de una línea ferroviaria que conecte Panamá con Costa Rica, en el marco de los planes de Pekín de aumentar su influencia comercial y política en América Latina
El ministro de Comercio de China, Zhong Shan, y su homólogo panameño, Augusto Arosemena, firmaron el jueves, en presencia del presidente, Juan Carlos Varela, un acuerdo para financiar el estudio de factibilidad para la construcción de un tren que conecte a Panamá con Costa Rica.
“Ambas partes coincidimos en la gran potencialidad que existe para la construcción de infraestructuras”, dijo Zhong, tras la firma en la cancillería panameña.
“China confirma que otorgará el financiamiento y el estudio de factibilidad para el proyecto ferroviario de la República de Panamá”, sostuvo Arosemena.
El proyecto es la construcción de un tren de mercancías y pasajeros que conecte Ciudad de Panamá con la frontera de Costa Rica, el otro aliado de Pekín en Centroamérica.
Panamá y China establecieron relaciones diplomáticas en junio, después de que el país centroamericano rompiera lazos con Taiwán, al que Pekín considera una provincia rebelde.
En noviembre, durante una visita de Estado del presidente panameño a China, donde se reunió con el mandatario Xi Jinping, ambos países firmaron una veintena de acuerdos.
Con ellos, Pekín pretende continuar su expansión comercial por América Latina. El propio canciller chino, Wang Yi, ha reconocido que su país busca en Panamá una “conexión” para ampliar su presencia comercial y diplomática en un continente donde Estados Unidos no tenía contrapeso.
China es el segundo mayor usuario del Canal de Panamá, detrás de Estados Unidos. También es el principal país de origen de las mercancías que se distribuyen en el continente a través de la zona franca de Colón, situada en la costa Caribe panameña, la mayor de América Latina.
Panamá exporta más de 50 millones de dólares a China e importa bienes por unos 1.183 millones de dólares.
El gobierno panameño espera poder poder acceder, a partir de esta nueva relación, a un mercado de 1.400 millones de personas y a la segunda economía del mundo, además de una lluvia de millones de dólares para obras de infraestructura como puertos, puentes, carreteras, plantas energéticas, trenes y líneas de metro.