Trump en su primer día como presidente canceló la aplicación para pedir citas en el puesto de control fronterizo
Adrianyela Contreras, una migrante venezolana, llegó a México en septiembre del 2024 junto a su hija de dos años luego de haber caminado por semanas y cruzado Darién, informó la cadena británica BBC Mundo.
Allí, intentó por cinco meses conseguir una cita para entrar legalmente a Estados Unidos como solicitante de asilo, pero el 20 de enero su plan se vino abajo.
Debido a una de las órdenes ejecutivas que firmó Donald Trump en su primer día como presidente, la aplicación para pedir citas en el puesto de control fronterizo dejó de operar y las que estaban agendadas fueron canceladas.
Cruzar de forma irregular tampoco era una alternativa para ella. “Si llegabas a la frontera, obviamente te iban a coger y te iban a deportar a Honduras o Guatemala”, señala Adrianyela.
Entonces, ella y varios cientos de migrantes en una situación similar tomaron la decisión de emprender su camino de regreso hacia Venezuela.
Pero el 11 de febrero los migrantes que, como Adrianyela, iban de regreso se encontraron con una barrera humana de funcionarios del Servicio Nacional de Fronteras de Panamá que cerró con escudos su paso.
“Panamá no nos quería dejar entrar, porque Panamá y Venezuela no tienen ningún convenio”, explica Adrianyela.
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Se refiere a que, desde julio de 2024, las relaciones entre esos dos países están rotas debido a las sospechas de Panamá de que el dictador Nicolás Maduro hizo fraude en las últimas elecciones presidenciales. Al no haber vínculos diplomáticos, las autoridades panameñas no pueden deportar venezolanos a su país.
Entonces, ella y los demás migrantes quedaron varados durante cinco días en un Centro de Atención Temporal a Migrantes (CATEM) en Costa Rica.
Mientras eso pasaba en la frontera, los ministros de Seguridad de Panamá y Costa Rica se reunieron para establecer un protocolo para un “retorno seguro, ordenado y humanitario” de los migrantes a su país.
El lunes 17 de febrero, tres buses particulares grandes llegaron a recoger a los migrantes, entre ellos Adrianyela, en el CATEM de Costa Rica.
Según relata, les dijeron que los iban a llevar hasta el aeropuerto de San Vicente y que ahí abordarían un vuelo humanitario que los llevaría hasta Cúcuta, en la frontera entre Colombia y Venezuela.
Adrianyela se sintió afortunada porque no hubo cupo para todo el mundo en los buses, pero para ella y su hija sí. Le cobraron $60.
Luego de andar en bus toda la noche, no llegaron a ningún aeropuerto, sino a la Estación Temporal de Recepción de Migrantes (ETRM) de Lajas Blancas.
“Nos dejaron aquí engañados. Nos trajeron con mentiras”, dice Adrianyela.
Lajas Blancas es un lugar de paso al que llegan los migrantes luego de cruzar el Darién en sentido norte-sur. Es vigilado por la autoridad de fronteras panameña y cuenta con la presencia de agencias de la ONU, como la OIM y la Unicef.
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Según los migrantess, hay agua, comida y servicios de salud, pero la infraestructura es precaria. Los migrantes están viviendo en casetas de madera y durmiendo en el piso o sobre una cobija.
Mulino, dijo en una rueda de prensa que estaban evaluando la posibilidad de trasladar a los migrantes en avión desde allí hacia Cúcuta, tal como le dijeron a Adrianyela.
Por el momento, no se ha conocido que haya un acuerdo oficial para que Colombia reciba a los migrantes venezolanos que se encuentran varados en Panamá.
La situación en la que se encuentra Adrianyela se va agravada por el hecho de que, estando en medio de la selva, no tiene ninguna posibilidad de trabajar ni de conseguir dinero para seguir su camino.
La única alternativa que le han ofrecido hasta ahora es pagar una lancha que la lleve hasta un punto cercano a la frontera entre Panamá y Colombia y cruzar a pie una parte de la selva.
Por eso, le cobran US$235, dinero que no tiene.
El viernes, salieron los primeros buses de Lajas Blancas con personas que decidieron pagar para irse en lancha por su propia cuenta.
El sábado, el Servicio Nacional de Fronteras de Panamá confirmó que una de las lanchas en las que iban los migrantes naufragó.