Los delegados de las tres naciones enfatizaron la urgencia de abolir las sanciones unilaterales y denunciaron su carácter ilegal
China, Rusia e Irán concluyeron este viernes una reunión fructífera en Pekín, centrada en temas nucleares y el levantamiento de sanciones. La cita fue presidida por Ma Zhaoxu, Vicecanciller chino, y contó con la participación de Sergey Ryabkov, Vicecanciller ruso, y Gharib Abadi, vicecanciller iraní, informó el diario La Razón.
Los delegados de las tres naciones enfatizaron la urgencia de abolir las sanciones unilaterales y denunciaron su carácter ilegal. Asimismo, subrayaron que el diálogo diplomático y el respeto mutuo son fundamentales para abordar la situación actual.
Durante el encuentro, los representantes instaron a todas las partes a evitar acciones que puedan agravar las tensiones y propiciar un ambiente favorable para las negociaciones. También se hizo hincapié en la importancia de la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU y se llamó a la acción conjunta para mitigar la crisis.
Reafirmaron su compromiso con el Tratado de No Proliferación Nuclear, considerando el mismo como pilar del sistema de no proliferación global. Las delegaciones de China y Rusia aplaudieron la reafirmación de Irán sobre la naturaleza pacífica de su programa nuclear y su intención de no desarrollar armas atómicas.

Además, reiteraron su apoyo a la cooperación con la Agencia Internacional de Energía Atómica y el respeto del derecho de Irán al uso pacífico de la energía nuclear.
Irán y Rusia elogiaron el papel de Pekín como anfitrión de este encuentro, y los tres aliados acordaron continuar fortaleciendo sus lazos de comunicación y colaboración.
Por último, también se abordaron cuestiones de relevancia regional e internacional, acordando fortalecer la cooperación dentro de foros multilaterales como BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghái. El presidente de Taiwán, Lai Ching-te, ha calificado a China como una “fuerza hostil extranjera” por primera vez, en una medida que busca fortalecer la defensa ante lo que considera esfuerzos de infiltración de Pekín.
Durante una rueda de prensa celebrada en Taiwán, Lai mencionó que esta designación se basa en la Ley de Anti-Infiltración, promulgada en el 2019, que establece castigos para quienes colaboren con entidades consideradas hostiles.

El anuncio se produce horas antes del 20º aniversario de la ley china anti-secesión, que autoriza el uso de la fuerza contra Taiwán en caso de que declare su independencia. Esta postura más firme de Lai marca un cambio respecto a su predecesora, Tsai Ing-wen, quien también pertenecía al Partido Pro-Independencia (DPP).
La designación de China ha generado una rápida respuesta desde Pekín. Chen Binhua, portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán de China, acusó a Lai de ser un “saboteador de la paz” y advirtió que se tomarían acciones resolutivas si las “fuerzas separatistas” cruzan
una línea roja.
El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, reiteró el 7 de marzo que Taiwán es una “parte inalienable” del territorio chino, insistiendo en que la isla nunca ha sido un país.
En medio de un aumento de la presencia militar china en la región y un incremento en los casos de espionaje, Lai anunció que el gobierno contemplará permitir juicios militares en tiempos de paz para los soldados acusados de traición o espionaje, un cambio significativo en la política taiwanesa.