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Masacre de Cachemira desata una crisis entre India y Pakistán, reavivando miedos de guerra

Masacre de Cachemira desata una crisis entre India y Pakistán, reavivando miedos de guerra
Los paramédicos trasladan a un turista herido a un hospital en Anantnag, al sur de Srinagar, India, 22 de abril de 2025. Presuntos terroristas abrieron fuego contra un grupo de turistas en Pahalgam, un popular destino turístico y estación de montaña. EFE/EPA/FAROOQ KHAN

Cachemira ha sido un punto álgido entre India y Pakistán desde 1947

Las tensiones entre las potencias nucleares rivales India y Pakistán se dispararon este jueves con una severa escalada diplomática, reavivando los temores de guerra, tras el ataque civil más mortífero en la Cachemira administrada por la India en años recientes, informó la agencia EFE.

Las fuerzas de seguridad e investigadores continúan la búsqueda de los hombres armados que el martes pasado abrieron fuego contra un grupo de turistas en una pradera cerca de la popular ciudad turística de Pahalgam, en el sur de Cachemira, una región en disputa que ambas naciones reclaman como propia desde su independencia del imperio británico en 1947.

Entre las 26 víctimas se encuentran 25 ciudadanos indios y uno nepalí.

Los terroristas sospechosos abrieron fuego contra un grupo de turistas en Pahalgam, un popular destino turístico y estación de montaña. EFE/EPA/FAROOQ KHAN

La masacre ha provocado un rápido deterioro diplomático entre los dos vecinos del sur de Asia.

La India tomó medidas significativas al degradar sus relaciones diplomáticas con Pakistán, convocar a su máximo enviado, cerrar un importante cruce fronterizo y, por primera vez, suspender el Tratado de Aguas del Indo, un acuerdo de reparto de agua de 1960 negociado por el Banco Mundial que ha resistido décadas de conflicto.

Este tratado rige la asignación de agua de seis ríos, otorgando a la India el control sobre tres ríos orientales y a Pakistán sobre tres occidentales.

Reaccionando con dureza, Pakistán advirtió que cualquier intento indio de desviar agua de los ríos que le fueron asignados se consideraría “un acto de guerra”.

En una declaración contundente tras una reunión del principal órgano civil-militar del primer ministro Shehbaz Sharif, Pakistán rechazó las acusaciones de la India y calificó la suspensión del tratado como un acto “unilateral y hostil”.

“Cualquier movimiento para desviar agua se enfrentará con toda la fuerza a través de todo el espectro del poder nacional”, afirmó el Comité de Seguridad Nacional de Pakistán.

El primer ministro indio, Narendra Modi, calificó el ataque como una afrenta directa a la seguridad nacional y prometió venganza.

“Al mundo le digo esto: La India identificará, rastreará y castigará a cada terrorista y a quien lo respalde. Los perseguiremos hasta los confines de la Tierra”, declaró Modi en su primer discurso público desde el ataque.

Foto de archivo del primer ministro de la India, Narendra Modi. EFE/EPA/RUNGROJ YONGRIT

La India ha alegado que los hombres armados tenían vínculos con Pakistán, acusando a Islamabad de apoyar a los asesinos.

La responsabilidad del asalto fue reivindicada por The Resistance Front (TRF), un grupo que se cree que es una organización pantalla del grupo militante Lashkar-e-Taiba (LeT), con sede en Pakistán y que llevó a cabo los ataques de Bombay del 2008.

La India ha suspendido todas las visas para paquistaníes y ha ordenado a quienes ya se encuentran en el país que se marchen en un plazo de 72 horas.

Todas las visas existentes serán revocadas a partir del 27 de abril y las excepciones de visa médica finalizarán el 29 de abril. El gobierno también aconsejó a los ciudadanos indios evitar viajar a Pakistán e instó a quienes se encuentran allí a regresar “lo antes posible”.

En Nueva Delhi estallaron protestas contra Pakistán, con manifestantes ondeando banderas indias y sosteniendo pancartas que decían “Abajo Pakistán” y “No nos doblegaremos ante el terrorismo”.

Las fuerzas de seguridad custodiaron la Alta Comisión de Pakistán mientras los manifestantes coreaban consignas.

Mientras tanto, los cachemires se preparaban para lo que temen será otro ciclo de culpas, represión y confrontación.

Cachemira ha sido un punto álgido entre India y Pakistán desde 1947. Una insurgencia separatista estalló en 1989 y se ha cobrado decenas de miles de vidas. India acusa a Pakistán de apoyar a los militantes, cargo que Islamabad niega.

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