Ambos dictadores se reúnen en la sala más señorial del Kremlin y mantienen una reunión para estrechar su relación política y comercial
Para el dictador ruso, Vladimir Putin, la conmemoración este viernes del Día de la Victoria del Ejército Rojo sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial no es solo una efeméride redonda (80 años), sino una oportunidad para construir su propio relato sobre la otra guerra en la que está ahora embarcado, la de Ucrania, informa el diario La Razón.
En esa lógica diplomática, es vital para el Kremlin combatir la sensación de aislamiento de su país e instrumentalizar lo máximo posible los tradicionales actos de la Plaza Roja de Moscú, en otras ocasiones repletos de boato junto a los aliados de la Segunda Guerra Mundial. Para ello, necesita invitados a sus actos, tanto en cantidad como en calidad.
Eso último es lo que aporta su mayor aliado internacional en estos momentos, el dictador chino, Xi Jinping, que le ha regalado este jueves la esperada foto con una visita previa al desfile acompañada de una reunión bilateral.

Putin ha recibido a su amigo chino en el Gran Palacio del Kremlin. Al comienzo de la ceremonia, el dictador ruso y Xi escucharon los himnos nacionales en la suntuosa Sala de San Jorge, la más grande del Kremlin.
Seguidamente, ambos dictadores saludaron uno por uno a los miembros de las delegaciones oficiales de ambos países y se desplazaron a otra sala para iniciar las negociaciones bilaterales, según informó la agencia EFE.
“Estoy muy feliz de este nuevo encuentro”, dijo Putin al comienzo de la reunión, que fue transmitida en directo por la televisión rusa.
El líder ruso se mostró muy agradecido de que, al igual que en el 70 aniversario, Xi decidiera celebrar en Moscú el Día de la Victoria del Ejército Rojo sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. E
Por su parte, Xi destacó que la historia y la realidad demuestran que la profundización de las relaciones ruso-chinas es un “imperativo” que responde a la necesidad actual de un orden mundial más justo a través de la reforma del sistema internacional.
Y también subrayó que, a la vista de “la negativa tendencia a medidas unilaterales y el dictado de la fuerza en el mundo”, China y Rusia tienen la responsabilidad de defender la verdad sobre la historia de la Segunda Guerra Mundial.
