La pobreza general en Panamá se sitúa actualmente en 21,7%, mientras que la pobreza extrema alcanza el 9,6%
La actual ola de protestas y cierres de vías liderada por docentes, trabajadores de la construcción y del sector bananero amenaza con empeorar significativamente los niveles de pobreza en el país, advirtió la ministra de Desarrollo Social, Beatriz Carles, de acuerdo con un informe del diario Panamá América.
Según datos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), la pobreza general en Panamá se sitúa actualmente en 21,7%, mientras que la pobreza extrema alcanza el 9,6%.
Esto representa a más de 987,000 personas en situación de pobreza y 435,520 en condiciones extremas, lo que equivale a que uno de cada cinco panameños vive en vulnerabilidad económica.
Carles alertó que la inestabilidad social generada por las paralizaciones podría elevar estas cifras en los próximos meses, especialmente afectando a la población joven entre los cero y 24 años, que se encuentra en su etapa de formación académica.

“Lo que los jóvenes aprendan o dejen de aprender durante este periodo, marcará su futuro económico, social y laboral”, afirmó Carles.
La ministra lamentó que los educadores estén sacrificando a los estudiantes, pese a que las reformas a la Caja de Seguro Social (CSS), motivo central de las protestas, no impactan sus jubilaciones debido a que cuentan con regímenes especiales.
“Estas paralizaciones afianzan las brechas educativas entre el sector público y privado. Eso va a tener un efecto directo en el aumento de la población vulnerable y desempleada”, advirtió Carles.
De igual forma, hizo un llamado a los gremios a ejercer su derecho a manifestarse de forma cívica, sin afectar a terceros.
“La sociedad no puede permitir que las minorías impidan el derecho a la educación de más de 10,000 estudiantes a nivel nacional. Hay formas de protestar sin interrumpir las clases, como hacerlo en horarios no laborales o durante los recesos”, puntualizó.
Mientras el país supera el mes de conflictos continuos, el costo social y económico de las paralizaciones sigue en aumento, y sectores como el educativo enfrentan consecuencias que podrían ser irreversibles si no se logra una pronta solución.
