Sus cuatro décadas de ejercicio de la profesión de abogado le permiten a Octavio Amat evaluar que la justicia en Panamá está en un estado “calamitoso” (calamidad)
Socio en la influyente firma Arias, Fábrega & Fábrega, Amat, quien figuró entre las primeras opciones de la administración de Juan Carlos Varela para ocupar la Sala Primera de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia, considera la urgencia de poner en práctica una estrategia encaminada a la reestructuración de la administración de justicia.
Esa reestructuración, considera Amat, quien dirigió entre 1994 y 2006 el diario El Panamá América, entonces de propiedad de la familia del expresidente de la República, Harmodio Arias Madrid, debe contemplan no solo los tribunales de justicia, sino también el Ministerio Púbico.
Amat, quien se ha dedicado a la práctica civil, comercial, arbitral, administrativa, juicios fiscales, industriales e intelectuales, propiedad laboral y de monopolios, considera que el desastre en que se encuentra la justicia va mucho más allá que la designación de nuevos magistrados en la Corte.
Fue en la administración de Martín Torrijos (2004-2009), que nació el Pacto de Estado por la Justicia que contemplaba una serie de recomendaciones que permitan cambios estructurales al sistema.
Ese Pacto dio paso a la Comisión de Estados por la Justicia que planteó recomendaciones entre las que se encuentran el nuevo Código Penal y el Código Procesal Penal.
Su creación se produjo tras estremecedoras declaraciones del entonces magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Adán Arnulfo Arjona, quien denunció entre otro que en el tribunal se liberaban narcotraficantes.