“Si un huracán categoría cinco impacta la zona, el muro de contención no podrá frenar una gran marejada”, expresó
Grupos ambientalistas y la tribu Miccosukee pidieron modernizar la central nuclear de Turkey Point, en el estado de Florida, que suministra electricidad a millones de personas en Miami, advirtiendo su vulnerabilidad en los efectos asociados con la crisis climática, incluido el aumento de huracanes, informó la agencia EFE.
La central, que fue inaugurada en 1970, está ubicada exactamente frente a la costa del océano Atlántico y apenas le separan unos 40 kilómetros de Miami, lo que eleva los llamados de las organizaciones a aumentar los preparativos para evitar futuros riesgos ligados al aumento de temperaturas, el alza del nivel del mar y la intensidad creciente de huracanes.
“Turkey Point es muy vulnerable por muchos factores, pero no podemos olvidar lo más importante: hay más de tres millones de personas viviendo a un radio de 50 millas (80 kilómetros) a la redonda”, afirmó a EFE Rachel Silverstein, directora ejecutiva de Miami Waterkeeper, una de las organizaciones no gubernamentales que vigilan la salud de las aguas de la zona.

Silverstein alertó que las instalaciones sufren el paso del tiempo desde el huracán Andrew, que azotó el sureste de Estados Unidos en 1992 causando gran devastación, y señaló además que el incremento del nivel del mar, unido a que muchas zonas de la central no están elevadas, suponen un riesgo.
“Si un huracán categoría cinco impacta la zona, el muro de contención no podrá frenar una gran marejada”, expresó por su parte Curtis Osceola, asesor principal de políticas del presidente de la tribu Miccosukee , cuya población lleva siglos asentada en la zona natural de los Everglades, próxima a la planta.
Desde la empresa dueña de la planta, Florida Power & Light (FPL), negaron tales peligros, y aseguraron que en los últimos años reforzaron sus instalaciones y sistemas.
Para este año, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) pronosticó una temporada de huracanes “extremadamente activa” en el Atlántico, con entre 17 y 25 tormentas con nombre.
Además, la Organización Meteorológica Mundial advirtió que la temperatura de los océanos en el 2024 superó los 21°C de promedio global, el nivel más alto desde que existen registros, lo que puede aumentar la frecuencia de huracanes.
Otro de los factores de riesgo que señalan los grupos ambientalistas es la elevada edad de la central nuclear con dos reactores, cuya licencia de operación fue extendida por la Comisión Reguladora Nuclear (NRC) hasta los 80 años, lejos de los 40 o 60 que son habituales para el resto de plantas. La decisión fue apelada por Miami Waterkeeper.
“Cada año que opera es un año más de riesgo acumulado”, advirtió Osceola.
Otro de los peligros asociados a la central es su cercanía con respecto a varias fuentes de agua potable.
Según Waterkeeper, el sistema de canales de enfriamiento al aire libre de 273.6 kilómetros en extensión de la central está siendo afectado por el alza de las temperaturas, lo que contribuye a una pluma hipersalina afectando a la flora y la fauna del área, como el cangrejo de río cavernícola de Miami.
Una “pluma” en términos hidrogeológicos es una masa de agua contaminada que se extiende gradualmente bajo tierra, adoptando una forma característica que recuerda a una pluma de ave cuando se visualiza en mapas geológicos.
Aunque la portavoz de FLP, Desiree Ducasa. admitió que la empresa no podrá cumplir con las metas de reducción de la pluma para el 2028, insistió en que “los canales están más sanos que nunca”, y aseguró que la vida silvestre en la zona está rebosando, comenzando con las poblaciones de cocodrilos americanos, que hasta hace poco estaban en peligro de extinción.
Asimismo, subrayó que la central cuenta con un pozo de inyección profunda para gestionar el agua residual” y su “constante monitoreo ambiental” muestra avances en la contención de la pluma salina.
