Ese plan también incluía secuestrar o matar al vicepresidente Geraldo Alckmin y al juez de la Corte Suprema, Alexandre de Moraes
El general retirado del ejército Mário Fernandes admitió ser el autor de un plan para asesinar en el 2022 al actual presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dentro del supuesto intento de golpe de Estado para mantener en el poder a Jair Bolsonaro, informaron medios locales, informó la agencia EFE.
Fernandes, quien fue miembro de la Secretaría General de la Presidencia en el gobierno de Bolsonaro, confesó estar detrás de llamado plan Puñal Verde y Amarillo al ser interrogado el jueves en la Corte Suprema, donde avanza el juicio por la intentona golpista.
El antiguo asesor de Bolsonaro es reo en la causa, al igual que el exjefe de Estado, quien es acusado de “liderar” el frustrado complot golpista para anular las elecciones de octubre del 2022 e impedir la investidura de Lula, que terminó ocurriendo el 1 de enero del 2023.

La acusación contra el exmandatario está en una fase más avanzada y se espera que el juicio oral se celebre entre septiembre y octubre.
En el caso de Fernandes, el general de la reserva reconoció que imprimió el documento con el plan para asesinar a Lula, el cual rebajó a “un pensamiento digitalizado” y apenas un “estudio de situación”.
Según las autoridades brasileñas, ese plan también incluía secuestrar o matar al hoy vicepresidente Geraldo Alckmin y al juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes, instructor de las causas contra Bolsonaro en el alto tribunal.
La investigación indicó que tres copias de ese documento se imprimieron en el Palacio de Planalto, sede del Gobierno brasileño, en Brasilia, y que Bolsonaro tuvo conocimiento del mismo.
“Jair Bolsonaro siguió de cerca la evolución del esquema y la posible fecha de su ejecución total”, señaló la denuncia del fiscal general, Paulo Gonet.
Sin embargo, Fernandes aseguró en su interrogatorio, filtrado por medios locales, que no le enseñó, ni compartió con nadie el documento y que, poco después, lo rompió.
En febrero pasado, la Fiscalía denunció a 34 personas por la trama golpista, entre ellos a Bolsonaro, a quien acusó de ser el “líder” de la organización con el apoyo de antiguos ministros y militares de alto rango.
