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Tres generaciones y más de 40 años viviendo a bordo de una 'péniche' en el Sena

Tres generaciones y más de 40 años viviendo a bordo de una 'péniche' en el Sena
Lucile Jardel (i), Ingrid Jouve (c) y Cathy Jouve, hija, madre y abuela que comparten vida en una péniche, un barco-casa a las orillas del Sena. EFE/ Edgar Sapiña

Una familia en las afueras de París ha hecho del río su hogar desde hace más de 40 años, desafiando los altos precios inmobiliarios

A orillas del Sena, en Issy-les-Moulineaux, una barcaza centenaria anclada desde hace más de cuatro décadas se ha convertido en el hogar de tres generaciones de la familia Jouve, informó la agencia EFE.

Lejos de los elevados alquileres del centro de París, esta familia francesa ha construido una vida sobre el agua, transformando su ‘péniche’ en un hogar permanente y compartido.

Todo comenzó cuando Cathy Jouve, cansada de la convivencia en tierra firme, decidió junto a su esposo comprar un barco. Cuatro décadas después, su hija Ingrid, y sus nietas Lucile y Clémence, comparten con ella este singular estilo de vida que, con el tiempo, pasó de ser marginal a casi lujoso.

Péniches, embarcaciones que sirven de casa, situadas en Issy-les-Moulineaux, ciudad limítrofe con París. Tres generaciones de una misma familia viven desde hace más de 40 años en una barco amarrado en el río Sena. EFE/ Edgar Sapiña

“Este barco es mi vida entera”, confiesa Cathy, quien incluso se casó a bordo. Lo que empezó como una decisión radical ante un mal vecino, hoy es un símbolo familiar que desean preservar por generaciones.

La barcaza no solo representa un refugio frente a los altos costos inmobiliarios de la capital francesa sino también un estilo de vida en comunidad, con solidaridad vecinal, contacto constante con la naturaleza y un ritmo diferente al del agitado París.

Con el paso del tiempo, el muelle se ha modernizado y ganado popularidad. Hoy, hay más de 240 barcos en lista de espera para obtener un amarre en esta zona. Sin embargo, mantener una ‘péniche’ no es fácil, implica costes de mantenimiento, inspecciones, normativas específicas y la renovación periódica de permisos.

Péniches, embarcaciones que sirven de casa, situadas en Issy-les-Moulineaux, ciudad limítrofe con París. Tres generaciones de una misma familia viven desde hace más de 40 años en una barco amarrado en el río Sena. EFE/ Edgar Sapiña

Aun así, Ingrid no se arrepiente de haber criado a sus hijas allí. “Tenemos entradas independientes, privacidad y una terraza para compartir cuando queremos.

Además, vivir con mi madre la mantiene acompañada y activa”.

Y aunque no todo es romántico, la familia tiene claro su futuro, el barco seguirá pasando de generación en generación. “Quiero que llegue hasta los nietos de mis nietas”, sueña Cathy, mientras el Sena sigue fluyendo, silencioso, bajo su hogar flotante.

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