El dictador chino dice que los lazos entre Pekín y Moscú son “una fuente de estabilidad para la paz mundial”
El dictador de China, Xi Jinping, declaró este martes que las relaciones entre Pekín y Moscú “son las más estables, maduras e importantes a nivel estratégico entre grandes potencias en el actual mundo turbulento”.
Con esas palabras, Xi reafirmó la voluntad de China de reforzar su asociación con Rusia en un contexto marcado por la guerra en Ucrania y las tensiones con Occidente, informó el diario La Razón.
El mandatario chino recibió en el Gran Salón del Pueblo de Pekín al presidente de la Duma rusa, Viacheslav Volodin, a quien trasladó la necesidad de “profundizar la confianza estratégica mutua” para salvaguardar la seguridad y los intereses de desarrollo de ambos países.
Según el comunicado del Ministerio de Exteriores chino, Xi destacó que este fortalecimiento es clave no solo para los pueblos de China y Rusia, sino también para el equilibrio internacional.

Xi aseguró que “promover de forma consistente el desarrollo de alto nivel de las relaciones sino-rusas sirve a los intereses fundamentales de los pueblos de ambos países y es una fuente de estabilidad para la paz mundial”.
El líder chino evocó además el recuerdo de la Segunda Guerra Mundial, subrayando los sacrificios de la Unión Soviética y China frente al fascismo y el militarismo japonés como un legado compartido que cimenta la cooperación actual.
En su intervención, Xi insistió en que ambos países deben “unir a los países del Sur Global, mantener el verdadero multilateralismo y promover un orden internacional más justo y equitativo”.
El dictador chino señaló que los vínculos con Moscú representan un contrapeso al dominio occidental en los foros multilaterales y una alternativa para los países en desarrollo.
Añadió que espera intensificar el intercambio de experiencias en materia de gobernanza y legislación, con el objetivo de generar una base legal más sólida para la coordinación estratégica. Ese mensaje refuerza la idea de que Pekín y Moscú buscan blindar su alianza no solo en lo económico y lo militar, sino también en lo institucional.
La visita de Volodin se produce días antes de la llegada a China del dictador ruso, Vladímir Putin, quien participará en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) en Tianjin, del 31 de agosto al 1 de septiembre, y en actos conmemorativos del 80 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial.
Ambos líderes mantendrán además conversaciones, continuando una relación personal que se ha convertido en símbolo de la cercanía entre los dos países.
China y Rusia, antiguos aliados socialistas con relaciones complejas en el pasado, han profundizado sus lazos desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania en el 2022. Pekín se ha negado a condenar la ofensiva militar y evita exigir la retirada de tropas rusas, al tiempo que acusa a Occidente de prolongar la guerra al enviar armas a Kiev.
Las potencias occidentales y Ucrania sospechan que China brinda apoyo sustancial a Moscú, aunque el régimen de Xi insiste en que mantiene una posición neutral y apuesta por una salida negociada al conflicto. Las autoridades chinas argumentan que su propuesta de paz, basada en el alto al fuego y la negociación, ha sido ignorada por Estados Unidos y la Unión Europea.
La diplomacia china sigue apostando por un papel de mediador global, aunque sus posiciones muestran un claro alineamiento con Rusia. En palabras de Xi, la alianza sino-rusa “es una fuente de estabilidad en un mundo turbulento” y un elemento central de la arquitectura internacional que Pekín aspira a rediseñar.
