El secretario general Arsenio Domínguez defiende el marco regulatorio Net-Zero frente a las críticas internacionales
La descarbonización del transporte marítimo es uno de los mayores desafíos actuales para la Organización Marítima Internacional (OMI), y su implementación implicará costos que el sector debe asumir, afirmó su secretario general, el panameño Arsenio Domínguez, informó la agencia EFE.
“Por muchos años también hemos invertido en contaminar el ambiente”, expresó Domínguez al defender el llamado Marco Net-Zero, aprobado en abril de este año por la OMI y diseñado para lograr emisiones netas cero para el 2050.
El plan, que será formalmente adoptado en octubre y entrará en vigor en el 2027, establece normas obligatorias para buques de más de 5,000 toneladas, responsables del 85% de las emisiones del sector.

Aunque Estados Unidos ha criticado ese marco, y varios países en desarrollo han expresado preocupación por sus efectos económicos, Domínguez sostiene que el multilateralismo sigue vigente.
“El sector marítimo solo representa el 3% de las emisiones globales, pero debe hacer su parte. Esta es una forma de demostrar responsabilidad”, añadió.
El mecanismo contempla un precio inicial de $100 por tonelada de CO₂ a partir del 2028 y podría generar hasta $13,000 millones anuales, destinados especialmente a países en desarrollo y Estados insulares vulnerables, para apoyar una transición justa hacia tecnologías limpias como el metanol renovable o el amoníaco verde.

Domínguez recordó que la OMI ha trabajado en este tema desde el 2011 y que el marco incluye una revisión continua de su impacto económico y social, particularmente en naciones con menor capacidad de adaptación. “Este es un comercio global, por eso necesitamos una sola medida global”, explicó.
La agenda ambiental de la OMI va más allá de las emisiones, por lo que Domínguez resaltó que la organización trabaja desde hace años en evitar la dispersión de especies invasoras, que pueden ser transportadas por el agua de lastre o las bioincrustaciones en los cascos de los buques.
Además, la OMI ha incrementado sus esfuerzos para reducir el ruido submarino generado por las embarcaciones, y ha impulsado la creación de zonas especiales de protección ambiental, en línea con el acuerdo internacional sobre la biodiversidad más allá de las aguas jurisdiccionales.
