Washington advirtió al régimen de Maduro que se abstenga de “obstruir, disuadir o interferir” con sus operaciones antidrogas y antiterroristas
Estados Unidos ordenó el despliegue de 10 aviones de combate F-35 en un aeródromo de Puerto Rico para sumarse al despliegue contra los carteles de la droga que se lleva a cabo en el sur del Caribe.
Dos fuentes con conocimiento del asunto confirmaron a Reuters que los cazas de quinta generación llegarán a la zona a finales de la próxima semana y se integrarán a la ofensiva militar anunciada por el presidente Donald Trump, quien ha prometido “acabar con los grupos narcoterroristas” que canalizan drogas hacia territorio estadounidense.
El despliegue de estos aviones ocurre luego de que el Pentágono denunció el jueves que dos aviones de Venezuela sobrevolaron un buque de la Marina de Estados Unidos en aguas internacionales, acción que fue considerada un “movimiento altamente provocador”.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos advirtió al gobierno de Maduro, a través de una publicación en X, que se abstenga de “obstruir, disuadir o interferir” con sus operaciones antidrogas y antiterroristas.
— Department of War 🇺🇸 (@DeptofWar) September 5, 2025
Este lunes, fuerzas estadunidenses destruyeron una embarcación que según Trump transportaba “cantidades masivas de drogas” procedentes de Venezuela, causando la muerte de 11 tripulantes.
El presidente aseguró que la tripulación pertenecía al Tren de Aragua, megabanda venezolana designada por Washington como grupo terrorista en febrero.
Sin embargo, funcionarios del Pentágono no han precisado qué drogas llevaba la lancha ni la justificación legal del ataque.
El despliegue aéreo se suma a la presencia naval sin precedentes en el Caribe, que incluye siete buques de guerra y un submarino nuclear de ataque rápido se encuentran en la zona o en tránsito.
El dictador Nicolás Maduro calificó el despliegue en el Caribe de acción para “buscar un cambio de régimen a través de la amenaza militar”.
El secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, ha descrito a Maduro como “capo de un narcoestado”, endureciendo el tono de Washington frente a Caracas.
