Anuncio de inversiones, sanciones a Rusia y garantías de seguridad para Ucrania y Europa, son algunos de los puntos que abordará con Keir Starmer
Sir Keir Starmer espera que la visita del presidente Donald Trump al Reino Unido ayude a salvar lo que él describe como la “segunda fase” de su mandato, tras un comienzo desastroso. La proyección de las imágenes de Trump, Epstein y el príncipe Andrés sobre la torre del palacio de Windsor no contribuye, informó el diario Clarín.
Se espera que uno de los mayores logros de la visita para Starmer sea la inversión en la infraestructura digital británica, como parte de una nueva alianza tecnológica entre Estados Unidos y el Reino Unido que acordarán ambos líderes.
Alphabet, la empresa matriz de Google, invertirá $8,500 millones adicionales en el Reino Unido durante los próximos dos años, en áreas que abarcan desde infraestructura de centros de datos hasta investigación e ingeniería, creando 8.200 nuevos empleos.
Trump viajó con importantes figuras de Silicon Valley, como Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, y Jensen Huang, director del fabricante de chips Nvidia.
Se espera que revelen una inversión multimillonaria en un nuevo proyecto de centro de datos de IA en Blyth, Northumberland.
El centro será uno de los más grandes de Europa y supondrá una importante modernización de la infraestructura de IA de Gran Bretaña.
Starmer espera aprovechar el viaje para persuadir a Trump de que refuerce las sanciones estadunidenses contra Rusia, tras semanas de mensajes contradictorios desde Washington.
También quiere que Trump se comprometa claramente con la seguridad europea, tras las incursiones con drones rusos en Polonia.
Trump ha declarado estar dispuesto a imponer más sanciones a Moscú, pero con la condición de que todos los aliados de la OTAN acuerden detener las compras de petróleo ruso e implementar sus propias sanciones.
También ha sugerido que los miembros de la alianza impongan aranceles del 50% al 100% a China e India por sus compras de petróleo ruso como una forma de ayudar a poner fin a la guerra. Ha afirmado que Estados Unidos haría lo mismo.
El Reino Unido tiene reservas sobre tal medida, sobre todo tras haber cerrado recientemente un acuerdo comercial con India, pero desea una extensión de las sanciones internacionales para presionar a Putin. Es probable que las conversaciones se centren en si se puede acordar un paquete de sanciones conjuntas.
También se espera que ambos líderes discutan el flujo de armas a Ucrania, en medio del constante progreso ruso en el campo de batalla, y la necesidad de fortalecer al presidente Zelenski antes de cualquier negociación.
En vísperas de la llegada de Trump, una delegación de funcionarios británicos llegó a Washington para dos días de intensas negociaciones comerciales.
Sobre la mesa se planteó un tema en el que Starmer lleva meses trabajando: la posibilidad de reducir los aranceles sobre el acero y el aluminio.
La ofensiva terrestre de Israel en la ciudad de Gaza, que comenzó el martes, y las marcadas diferencias entre el enfoque de Starmer y Trump ante la crisis, amenazan con descarrilar la diplomacia cuidadosamente orquestada en torno a la cumbre.
El Reino Unido se ha apresurado a condenar las acciones de Israel como “imprudentes y atroces”, mientras que Estados Unidos ha apoyado la nueva ofensiva.
Trump también se opone a la promesa de Starmer de reconocer un Estado palestino en las Naciones Unidas la próxima semana, argumentando que sería una “recompensa” para Hamás.
Es probable que el tema se discuta en la conferencia de prensa conjunta entre ambos líderes el jueves. Será difícil disimular las discrepancias entre ambos al respecto.