“Ya he estado dialogando por orden del presidente Trump. He hablado con Maduro, he ido a Venezuela y sigo hablando con su equipo”, afirmó enviado de la Casa Blanca
Richard Grenell, enviado especial para Venezuela del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este jueves que mantiene conversaciones directas con el régimen de Nicolás Maduro, en un contexto marcado por la tensión tras las operaciones militares de Estados Unidos contra embarcaciones venezolanas supuestamente vinculadas al narcotráfico en el Caribe, informó el diario El Nacional.
“Ya he hablado con Venezuela por órdenes del presidente Trump. He hablado con el señor Maduro, he ido a Venezuela y sigo en contacto con su equipo”, aseguró Grenell en entrevista con CBS News.
Días después de que un ataque estadunidense contra una presunta embarcación de narcotráfico dejó 11 venezolanos muertos, Maduro escribió una carta a Donald Trump.

En la misiva, con fecha 6 de septiembre, el dirigente oficialista rechazó los señalamientos que lo vinculan con el narcotráfico -los calificó como “noticias falsas, propagadas a través de varios medios”- y planteó la posibilidad de sostener “una conversación directa y franca con su enviado especial”.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, reconoció haber recibido la carta, pero desestimó de inmediato su contenido.
Leavitt reiteró: “Estados Unidos sigue considerando que el régimen de Maduro es ilegítimo y el presidente Trump ha demostrado claramente que está dispuesto a utilizar todos los medios necesarios para detener el tráfico ilegal de drogas letales del régimen venezolano a Estados Unidos”.

Mientras pedía diálogo, Maduro ordenó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana mantenerse desplegada en comunidades y entrenar a civiles en el “manejo de armas”. También puso en marcha ejercicios militares, reforzó la presencia de la milicia y aumentó los operativos fronterizos como parte de su respuesta al despliegue naval estadounidense, que su gobierno considera una “amenaza”.
Maduro insiste en que Estados Unidos busca sacarlo del poder, mientras la administración Trump lo rechaza. Washington duplicó a $50 millones la recompensa por información que lleve a la captura del dirigente oficialista.
