Mientras el reconocimiento internacional crece, el gobierno panameño mantiene una histórica y firme alianza con Israel
En un contexto de creciente apoyo internacional al reconocimiento del Estado Palestino, Panamá se ha convertido en el único país de América Latina que no respalda esta iniciativa, destacándose por su alineamiento histórico con el Estado de Israel.
La postura panameña contrasta con la de sus vecinos y aliados regionales como México, Colombia, Argentina, Brasil y Chile ya han reconocido formalmente al Estado Palestino, sumándose a una ola diplomática que esta semana también incluyó a Reino Unido, Australia, Canadá, Portugal y Francia, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.
Según el diario digital dominicano Acento, el gobierno panameño ha optado por guardar silencio y mantener su posición tradicional.

De acuerdo a múltiples expertos, esta postura tiene raíces históricas, diplomáticas y estratégicas, muchas de ellas ligadas a los fuertes lazos que Panamá ha construido con Israel desde su fundación.
Panamá fue uno de los primeros países en reconocer al Estado de Israel en 1948 y en apoyar su ingreso a la ONU como miembro pleno, además, jugó un papel logístico crucial en los inicios de la Fuerza Aérea israelí, facilitando el registro de aviones militares bajo el nombre de “Panama Airlines”, una empresa creada exclusivamente para evadir embargos internacionales.
“El alineamiento y apoyo a Israel siempre ha sido una parte importante de la identidad panameña”, explicó Evan Ellis, analista del Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos.

La comunidad judía en Panamá, que hoy supera los 15,000 miembros, es una de las más numerosas de Centroamérica y ha estado históricamente bien posicionada en la política y economía del país, Panamá también ha tenido dos presidentes de ascendencia judía y, actualmente, el alcalde de la capital, Mayer Mizrachi Matalón, forma parte de esta comunidad.
En julio del 2023, Panamá adoptó oficialmente la Definición de Antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA), reforzando su compromiso con la lucha contra la discriminación antijudía.
La negativa panameña a reconocer al Estado Palestino no es nueva, en el 2012, Panamá fue el único país latinoamericano en votar en contra de conceder a Palestina el estatus de “Estado observador no miembro” en la ONU.

El entonces embajador panameño Pablo Thalassinós justificó la decisión afirmando que Panamá siempre había apoyado a Israel. Desde entonces, ningún gobierno panameño -de izquierda, centro o derecha- ha cambiado esa línea diplomática.
Hasta el momento, el actual gobierno no ha respondido a solicitudes de declaraciones sobre la nueva ola de reconocimientos a Palestina.
Además de los lazos históricos y culturales, los intereses geopolíticos y económicos juegan un papel clave, Panamá y Estados Unidos mantienen una estrecha cooperación militar, profundizada recientemente con un memorándum firmado en abril que permite mayor presencia de tropas estadounidenses en el país.

Con la administración Trump de vuelta en la Casa Blanca, las relaciones bilaterales han cobrado un nuevo impulso, incluyendo retórica sobre la recuperación del Canal y mayor presencia estratégica estadunidense en la región, Israel, por su parte, sigue siendo un aliado prioritario para Washington.
En lo económico, el Tratado de Libre Comercio entre Panamá e Israel, vigente desde el 2020, contempla facilidades arancelarias para productos industriales, agrícolas y pesqueros, así como cooperación tecnológica e inversión en infraestructura.
“La comunidad judía ha estado muy involucrada en el desarrollo de este país”, afirmó Max Harari, presidente del Consejo Central Comunitario Hebreo de Panamá, en declaraciones a medios locales. “Panamá ha sido muy benévolo con los judíos”.

A pesar de que algunas autoridades panameñas han expresado en el pasado su apoyo a una solución basada en dos Estados, los analistas coinciden en que el reconocimiento formal del Estado Palestino por parte de Panamá es poco probable mientras se mantengan las actuales alianzas políticas, económicas y diplomáticas.
Mientras el conflicto en Gaza sigue escalando y la presión internacional por una solución pacífica aumenta, Panamá parece decidida a mantener su singular posición en América Latina, fiel a una alianza que se remonta a los orígenes del Estado israelí.
