La ciudad busca promover el bienestar digital entre sus ciudadanos, especialmente jóvenes, a través de una medida sin sanciones pero con alto valor pedagógico
La ciudad japonesa de Toyoake, en la prefectura de Aichi, ha dado un paso inédito en el debate global sobre el uso de la tecnología al implementar una ordenanza que recomienda limitar el tiempo frente a pantallas a un máximo de dos horas al día, fuera del ámbito laboral y educativo, informó el diario español La Razón.
La medida, en vigor busca fomentar hábitos digitales más saludables entre sus 68,000 habitantes, con un enfoque especial en la población más joven.
El alcalde Masafumi Kouki defendió la iniciativa como una estrategia preventiva ante los crecientes riesgos físicos y mentales del uso excesivo de dispositivos electrónicos.
“Queremos que los ciudadanos reflexionen sobre su relación con la tecnología y encuentren un equilibrio”, afirmó Kouki.
Aunque la ordenanza no contempla sanciones, ha generado un intenso debate local, y cerca de 400 residentes han expresado su rechazo formal a la medida, cuestionando su base científica y alertando sobre posibles implicaciones para la privacidad.
La diputada local Mariko Fujie criticó la norma por considerarla desproporcionada y de dudosa eficacia, sin embargo, otros sectores de la población, como padres y educadores, han mostrado su apoyo, valorando la medida como una herramienta útil para fomentar el autocontrol digital en los hogares.
Desconectarse del móvil es más difícil de lo que parece”, confesó Kairi Tani, una joven de 20 años, reflejando los desafíos de cambiar hábitos profundamente arraigados.
El gobierno municipal insiste en que se trata de una acción pedagógica, no coercitiva, y el objetivo es invitar a la reflexión colectiva sobre el uso consciente de la tecnología en una era cada vez más dominada por pantallas.
Este tipo de iniciativas no son exclusivas de Japón, Corea del Sur, por ejemplo, ha adoptado políticas similares en el entorno escolar, limitando el uso de dispositivos durante las horas de clase.
Expertos en salud pública advierten que el abuso de pantallas puede afectar negativamente el sueño, la concentración y el desarrollo emocional, especialmente en niños y adolescentes, respaldando así iniciativas que promuevan una relación más equilibrada con la tecnología.