Entrevista con la mamá de Ascanio, el primer mártir del 9 de Enero

Entrevista con la mamá de Ascanio, el primer mártir del 9 de Enero
La imagen de Ascanio Arosemena se convirtió en un ícono de las luchas de los panameños por su soberanía

En una memorable conversación, el periodista Manolo Álvarez Cedeño, la madre de Asacanio Arosemena, cuenta cómo vivió aquella histórica jornada 

Aquella tarde del 9 de Enero de 1964, él estaba parapetado detrás de una barricada cercana al edificio de la lavandería de Ancón, que hoy es la sede de la Dirección de Investigación Judicial (DIJ).

Esa instalación se encontraba bajo la administración estadounidense, en aquel entonces. Esa tarde, su hermano Carlos lo avistó a la distancia, cuando el primero iba en una de aquellas manifestaciones de aquel día, por el área de la Asamblea Legislativa.

Marcelina Chavez falleció el 24 de Septiembre de 2011 a la edad de 84 años. Me tocó entrevistarla en Enero de 2009, cuando yo laboraba para Telemetro Reporta. Años anteriores había conversado con Marcelina en diversas ocasiones, pero nunca de manera tan formal como aquel 8 de Enero de 2009, cuando me recibió en la sala de su residencia localizada a la entrada de Quarry Heights en las faldas del cerro Ancón.

DOLOR A CUESTAS

Ella cargaba a cuestas el dolor de haber perdido a Ascanio Arosemena aquel 9 de Enero de 1964 y aunque el tiempo había transcurrido aquella pena nunca la había abandonado.

Ese día sus recuerdos volvieron a tornarse una dolorosa realidad, tal como sucedía todos los días de su existencia desde que falleció “Canito”; especialmente los enero a partir de 1964.

Marcelina me contó casi todo, como si lo estuviera viviendo siempre en presente y nunca en pasado. Me relató de su llegada al Cuarto de Urgencias del Hospital Santo Tomás, en busca del cuerpo inerte de su hijo fallecido.

Recordó que camino al centro médico miles de preguntas y dudas pasaron por su mente, ya que estaba casi segura que encontraría todo destrozado el cuerpo de su hijo Ascanio, debido al fragor de todo lo sucedido. Y es que los reportes a través de los medios de comunicación social de aquel día, la mantenían todavía en vilo.

Por las informaciones ella sabía que Ascanio había socorrido a varios de los primeros heridos panameños por las balas que disparaban los soldados estadounidenses desde el otro lado de la cerca de alambre de ciclón que aislaba el territorio de la Zona del Canal del resto de este país llamado Panamá.

ASCANIO EL PRIMER MUERTO

Pero el destino quiso que Ascanio fuera la primera víctima mortal del total de 21 que murieron en Panamá y Colón. Otros 500 panameños resultaron heridos.

Por supuesto que Marcelina no lo vió caer, pero se imaginaba una y mil escenas más sobre las circunstancias y formas en que había muerto su hijo. Las lágrimas no cesaban de brotar de sus ojos, mientras se acercaba al hospital Santo Tomás. El auto que la transportaba al centro médico, terminó su recorrido en un tiempo al que Marcelina le pareció casi tan eterno como la eternidad misma.

Al llegar al lugar, ella se bajó del automóvil y corrió hacia adentro, donde la esperaba un doctor conocido que la llevó a donde yacía el cuerpo inerte del hijo de sus entrañas. Para esa época, Marcelina laboraba como secretaria en el Hospital Santo Tomás, por lo que conocía al galeno que atendió el caso de su hijo.

Y al ver el cuerpo de Ascanio quedó paralizada. En ése momento aquella escena tan real volvió a impactarla, puesto que con sorpresa observó que en el cuerpo de su hijo no se notaba el impacto de las balas y hasta parecía que Ascanio estaba como dormido.

¿CÓMO MURIÓ ASCANIO?

Marcelina miró al médico desde la cortina acuosa de las lágrimas que brotaban de sus ojos hasta bañar su rostro de madre inconsolable por el dolor de aquella irrparable pérdida. ´´¿Doctor pero cómo murió si yo no le veo ni una sola herida?´´, le preguntó Marcelina al galeno, según lo que me contó. 

Durante ésa entrevista el camarógrafo Jonathan Navarro y yo guardábamos un profundo y respetuoso silencio, mientras doña Marcelina la daba vida a aquel trágico relato, en el que contaba como parte de su vida se había ido con el último suspiro de Ascanio.

¿Doctor?, volvió a preguntar. De inmediato, pero de forma pausada el médico le dijo ´´Marcelina ven acá; acércate y toca aquí´´. Ella obedeciendo el llamado del.galeno se acercó al cuerpo de Ascanio; miró el antebrazo derecho de su hijo donde notó un pequeño orificio en la parte interna. Volvió a mirar al doctor, quien de inmediato comprendió la interrogante de aquella silenciosa mirada.

“La bala le entró por el antebrazo y le corrió hasta el pulmón. Éso lo mató”, le explicó el galeno. Sin embargo ella no podía creer que por aquel pequeño orificio se la había ido la vida a su hijo. Por esa razón metió el dedo índice de su mano derecha en aquella diminuta herida.

LA CASACA DE ASCANIO

En ése momento de la entrevista Marcelina guardó silencio, como para tomar algo de fuerzas para continuar. Luego se levantó de su silla, caminó hacia una de las recámaras de su casa, de la que luego retornó con una casaca de tela gruesa color verde desteñido por el paso de los años, con una franja blanca que atravesaba su pecho; la misma que vestía Ascanio cuando fue herido de muerte.

Por el correr del tiempo, aquella prenda de vestir se había encogido. Una casi ya invisible mancha de sangre aún se notaba en la tela. Y en la parte interna de la manga derecha, el “huequito” por donde había entrado la bala.

Pero no solo eso, Marcelina también mostró un par de medias blancas, que estaban rotas en la parte de los talones. Al respecto, ella explicó varias cosas que pocas veces había relatado a muchos; datos que fue armando poco a poco con testimonios recabados, que le ayudaron a tener más claras las, circunstancias que rodearon la muerte de Ascanio.

Supo ella que se hijo.estaba parapetado en una barricada, desde la que varios panameños lanzaban piedras y bombas incnediarias a los soldados estadounidenses que disparaban desde el.lado de la Zona del Canal.

LA BALA IMPACTA EN EL.ANTEBRAZO

Contó que la bala hirió a su hijo cuando él hizo el ademán de lanzar una piedra o una bomba molotov. En ése preciso instante recibió el balazo.

Indica Marcelina que en ése momento Ascanio se apretó la herida con la mano izquierda, mientras se quejaba de dolor. Un compañero le gritaba que se soltara el brazo herido, pero él decía que la bala lo quemaba.
Me dijo doña Marcelina que casi desfallecido por el dolor Ascanio se soltó el antebrazo, y entonces la bala como que siguió su curso hacia el área del pulmón derecho.

Realmente no sé a estas alturas si esta parte del relato tenga algún sustento científico, pero fue así que me lo contó, tal cual se lo contaron.Por supuesto que estos datos se lo suministraron a Marcelina, quienes acompañaban a Ascanio.

También narró que las medias blancas que calzaba Ascanio se rompieron, debido a que sus pies quedaron fuera del automóvil que lo condujo al hospital, por lo que en algún momento sus talones rozaron contra la carrertera. Estas prendas de vestir las guardaba doña Marcelina como un verdadero tesoro testimonial de lo que vivió Ascanio.

 

(El artículo fue publicado en la cuenta de Facebook del autor y  se puede leer en el enlace de abajo. Es utilizado con su autorización por este portal). 

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