El bombardeo, ordenado por Trump y ejecutado por el Ejército en aguas internacionales, deja dos muertos y eleva tensiones con el gobierno de Gustavo Petro
El Ejército de Estados Unidos bombardeó una embarcación en el Pacífico oriental, frente a las costas de Colombia, como parte de su estrategia ampliada contra el narcotráfico en el continente, confirmó este miércoles el secretario de Guerra, Pete Hegseth, informó la agencia EFE.
“Por orden del presidente Trump, el Departamento de Guerra realizó un ataque cinético letal contra una embarcación operada por una Organización Terrorista Designada”, escribió Hegseth en la red social X. Según el funcionario, el blanco era una narcolancha que transportaba droga por una ruta habitual del contrabando hacia Estados Unidos.
El ataque, ocurrido el martes en aguas internacionales, dejó dos presuntos “narcoterroristas” muertos, y el Pentágono publicó un video donde se observa el momento en que un proyectil impacta la embarcación, que estalla en llamas.

Según informes de The New York Times y CBS News, la operación tuvo lugar cerca del litoral colombiano, y se da en medio de crecientes tensiones entre Washington y Bogotá, después de que Trump suspendiera la ayuda financiera a Colombia por considerar que el gobierno del presidente Gustavo Petro no combate con eficacia el narcotráfico.
En respuesta, Petro calificó a Trump como un grosero e ignorante con Colombia, alimentando una controversia diplomática en plena escalada militar de Estados Unidos en la región.
Hegseth justificó la ofensiva al asegurar que los carteles de droga están librando una guerra contra Estados Unidos y prometió que no habrá refugio ni perdón, solo justicia para quienes intenten introducir narcóticos en el país.

Este sería el octavo ataque conocido del Ejército estadunidense a narcolanchas, pero el primero realizado en el Pacífico, luego de una serie de acciones similares cerca de las costas de Venezuela, dentro de una nueva estrategia antidrogas que involucra navíos de guerra, drones y aeronaves militares.
La creciente presencia militar de Estados Unidos en el Caribe y ahora en el Pacífico ha encendido alarmas en gobiernos de la región, como los de Colombia y Venezuela, que niegan estar vinculados al narcotráfico y acusan a Washington de intervenir de manera agresiva en asuntos regionales.
La operación también marca el primer ataque bajo el mando del renovado “Departamento de Guerra”, nombre adoptado recientemente por el Pentágono bajo la administración Trump, en un giro más combativo de la política de seguridad nacional.
Por el momento, el gobierno colombiano no ha confirmado ni desmentido el lugar exacto del bombardeo, pero fuentes diplomáticas consultadas señalan que se estudia una posible protesta formal por violación de soberanía, dependiendo del resultado de las investigaciones.
